El mapa bicontinental
En octubre de 2010 con la sanción de la Ley 26.651 se estableció la obligatoriedad de utilizar el del mapa bicontinental de la República Argentina el cual muestra al sector antártico pretendido por nuestro país en su real proporción con relación al sector continental e insular. A través de esta medida, paulatinamente irán quedandoen la historia aquellos mapas de uso común en que la extensión de la Ántártida se presentaba fuera de escala en un recuadro ubicado en la parte inferior derecha del mapa.
Este cambio aprobado por nuestra legislatura, ha originado polémica.
Por un lado el Lic. en Geografía Carlos Reboratti (UBA CONICET) criticó la ley 26.651 del “mapa bicontinental” publicando el 30/11/10, un artículo titulado“La ideología carga sobre la cartografía”(Clarín). Allí se expresa que esta iniciativa pareciera querer reflotar cierto nacionalismo enfermizo. Entre otras cosas admite que los mapas de uso común traían cierta confusión por la diferencia de escalas y que el sector antártico pretendido forma parte del país virtual que tendría menor importancia que el real (sector continental e insular). También tildaal mapa bicontinental de engañoso por oficializar la posesión de un territorio de soberanía inexistente.
Para Mariel Calchaquí, diputada del Frente para la Victoria de Tierra del Fuego y una de las impulsoras del proyecto, el antiguo mapa daba “una visión distorsionada de la Argentina” que en nada ayudaba con el sentido de pertenencia. Entre otras cosas aclara que el nuevo mapa bicontinental yase había utilizado hasta la década del 40.
Otra voz que se alzó en contra de esta ley promulgada hacia noviembre de 2010 fue la de la historiadora Hilda Sabato, quien en un recorte titulado ‘Soberanía nacional en clave militar’, pone en tela de juicio los fundamentos que ha dado el IGN (Instituto Geográfico Nacional) para tildarlos de cuestionables por varios motivos. Específicamente dice: “…aquíquiero subrayar apenas uno de ellos: la reiteración de una ideología que asocia la identidad nacional con el territorio, un territorio que se reivindica como eternamente propio y siempre sujeto a amenazas exteriores. ¿Cómo no recordar, en este caso, la imagen tantas veces difundida en la época de la dictadura: un mapa que incluía anacrónicamente como “argentinos” todos los espacios que alguna vezhabían formado parte del español Virreinato del Río de la Plata (y que integraron luego diversas naciones), para denunciar cómo el país había “perdido” territorios?”
Pero así como Hilda Sábato sienta su posición un tanto contraria a la medida que nos ocupa como tópico, en el sitio de la Dirección Nacional del Antártico se puede acceder a otros fundamentos de índole histórica, geográfica, legal,de ocupación permanente, etc. que enriquecen más el debate. Algunos párrafos interesantes nos informan que:
“La presencia argentina en nuestro Sector, según la ya señalada actividad de los foqueros criollos y de acuerdo con la investigación histórica, se produjo en la segunda década del siglo XIX; algunos afirman incluso que tuvo lugar a fines del siglo anterior. Eran buques que desde el puertode Buenos Aires iban a las llamadas actualmente Islas Shetland del Sur en busca de sus presas. El secreto mantenido por nuestros foqueros hizo que el descubrimiento de esas tierras fuera ignorado por mucho tiempo y se lo atribuyeran navegantes de otros países.
A fines del siglo XIX y principios del XX la ayuda prestada por nuestro país a expediciones extranjeras, en particular la de Nordenskjöld,de Gerlache y Charcot, fueron debidamente apreciadas, quedando como resultado tangible toda una serie de nombres argentinos puestos a accidentes geográficos: Isla Uruguay, Islas Argentinas, Roca, Quintana, entre otros.
Como ya fuera mencionado, en 1904 se inicia la ocupación permanente de la Antártida Argentina, con el izamiento del pabellón en Orcadas el 22 de febrero de ese año.
Cabe...
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