el marxismo la educacion y la universidad
EL MARXISMO, LA EDUCACIÓN
Y LA UNIVERSIDAD *
(Conferencia)
La relación entre las luchas revolucionarias y la crítica marxista de la sociedad es supremamente compleja y alrededor de ella se ha presentado, desde el comienzo del movimiento obrero de orientación marxista, un gran número de desavenencias, problemas, confrontaciones y posiciones, que siguen existiendoen nuestro tiempo.
El marxismo lleva a cabo una crítica muy radical del orden capitalista que se refiere, no a una forma determinada de propiedad, sino a la propiedad como tal, definida por supuesto, en términos marxistas, como diferentes formas históricas de derecho al plustrabajo. De la misma manera lleva a cabo una crítica del Estado, de la división de la sociedad en clases y de lasdiferentes formas de la división social del trabajo que se fundan en la explotación. La característica de esta crítica consiste en que apunta a disolver todas las formas que se presentan a la conciencia cotidiana bajo la figura de una objetividad natural y transhistórica, y a mostrar su dependencia de condiciones históricas.
Es evidente que las luchas concretas del proletariado y de otros sectoresrevolucionarios, no pueden plantearse como metas la disolución de las formas históricas que la teoría marxista critica sino como una meta a largo plazo. En las luchas actuales los marxistas se encuentran siempre frente a combates intermedios, en los cuales es necesario defender instituciones, formas de vida, posibilidades, sobre las que no se hacen tampoco ilusiones porque saben que combatirán enun periodo posterior. Muy frecuentemente la historia ha obligado a las organizaciones marxistas a luchar por algunos objetivos comunes al lado de clases y grupos sociales que no son revolucionarios. Tal es el caso, por ejemplo, cuando se ven obligados a elegir entre términos que no aceptan completamente, pero que tampoco pueden considerar equivalentes, como democracia burguesa y fascismo.Allí donde sus compañeros de lucha ven entonces la meta final del combate, los marxistas ven sólo un momento, que es importante sobre todo porque facilitará el desarrollo de nuevos combates más profundos.
Esa situación conduce muchas veces a considerar que resulta inoportuno, o prematuro, desde el punto de vista del combate actual, la crítica de aquellas formas que todavía no pueden serpuestas en cuestión prácticamente, y cuya abolición no es por ahora el objetivo de la lucha. Se trata de un fenómeno estrictamente objetivo, no propiamente de un problema subjetivo o de un error particular de un grupo determinado. La actitud ante esta situación es muy variable, pero se trata de un hecho con el cual objetivamente nos encontramos. Ningún marxista, por ejemplo, plantearía una lucha porla abolición inmediata del Estado, puesto que a eso lo llamaríamos directamente anarquismo; o una lucha por la abolición de una forma profundamente criticada por Marx por sus consecuenciasy sus efectos sociales y humanos, como es la forma dinero (o más generalmente de la forma mercancía), cuya abolición, sin embargo, en la práctica, sólo puede ser resultado de un largo proceso histórico.
Sinembargo, del hecho de que un cambio determinado no resulte ser en la práctica una meta actual de un movimiento revolucionario en un país capitalista no se deduce que la crítica se constituya entonces en un fenómeno anacrónico, una actividad teórica prematura, ya que deberíamos dedicarnos sólo a la crítica de lo que aquí y ahora podemos efectivamente combatir y cuya abolición no es aquí y ahorauna utopía. Con ese criterio, naturalmente, no se habría llegado a cabo nunca la crítica teórica en la que se basa el pensamiento de Marx.
Muchos marxistas han mostrado que ciertas exigencias de llevar a la práctica la actualización inmediata de una crítica teórica son en el fondo exigencias abstractas. La historia del movimiento socialista, tal como se ha desarrollado desde la Revolución...
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