EL MAS DEL PRAT

EL MAS DEL PRAT

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“Ya sabes que lo imprescindible para mí es la seguridad y la tranquilidad total: ni mi estado de salud ni la falta de ganas que tengo de dedicarme a estas cosas, aconsejan que me encargue de la venta de la finca; yo ya sólo estoy para cuidarme y prepararme a bien morir… Aunque quede patrimonio, casi no tengo dinero para vivir… He decidido desprenderme del Mas del Prat,que tú conoces. Haz lo que creas más conveniente.” Con estas palabras terminó la señora Corominas su encargo de venta de una finca a su amigo Fernando Amseiro.
La Señora Corominas
Montserrat Corominas era una señora muy mayor, oriunda de Vic, que había vivido en Lisboa durante más de cuarenta años por razón de los negocios de su marido. Cuando enviudó, sus viajes a Madrid y Barcelona comenzaron aser más frecuentes, ya que hubo de ocuparse de los bienes del patrimonio familiar radicado en España, buena parte del cual estaba formado por diversas fincas procedentes de la herencia de su madre. Dichas tierras habían sido heredadas en primera y segunda instancias por sus hermanos varones, de forma que, al fallecer estos sin descendencia, la herencia llegó a Montserrat, como hermana mayor aúnen vida.
En uno de aquellos viajes –por el año 1981-, Montserrat Corominas conoció a la familia Amseiro, con la que trabó muy buena amistad. Al cabo de los años, Montserrat tenía una gran confianza con la familia Amseiro, en especial con Fernando, que vivía desde hacía tiempo en Barcelona, dedicado a diversas actividades, entre ellas los negocios. Fernando sentía un especial afecto por Montserrat,que había llegado a ser íntima de su Madre. La señora Corominas vivía casi todo su tiempo en Barcelona desde agosto de 1994.

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Montserrat Corominas disponía de ciertas rentas de la herencia de su madre y de algún inmueble urbano en la zona de Ensanche barcelonés. Pero dado su delicado estado de salud –había sufrido un infarto cardíaco años atrás, que había amagado más recientemente-,requería una atención médica constante y, además, debía de cuidar de la situación económica de su hermana menor –en vida pero imposibilitada-. De manera que decidió vender una pequeña finca que tenía con cuyas rentas actuales “no tenía casi ni para pagar al administrador” y usar el fruto de aquella renta “para ir tirando”.

El Mas del Prat
La finca que se había de vender se llamaba Mas del Prat;constaba, según la escritura, de 89 hectáreas..
En el anexo 1 se muestra un plano de la finca, cuyo terreno se distribuía de la siguiente forma: 32 hectáreas de cultivo, 22 de pedregal, y el resto, de bosque, del que la mitad, aproximadamente, era umbrío.
La parte de terreno cultivable era explotada por tres masoveros, cada uno de los cuales vivía en una de las tres “masoveries” que había en la finca.Los contratos de los masoveros eran muy distintos. Uno de ellos llevaba en la finca casi cuarenta años y pagaba una cantidad fija pequeña, mientras que entregaba a la propiedad la cuarta parte de la cosecha; los otros dos llevaban once y cinco años, respectivamente, y pagaban una cantidad fija mayor, a pesar de disponer de menor terreno, si bien tenían derecho a pastorear la parte de bosque que acada uno se había asignado. En el anexo 2 se presentan algunos datos sobre dichos masoveros.
La zona del bosque era explotada para la propiedad directamente por el administrador de la finca, que rendía cuentas semestralmente de toda ella. Según Muntayá, que llevaba algunos años administrando la finca, había diferencia entre el rendimiento del bosque umbrío y el del resto. En la actualidad, elbosque estaba bastante limpio de matorral y maleza, y algo más ordenado que cuando él se hizo cargo de la administración de la finca, debido a que se había ocupado personalmente en marcar las cortadas anuales y vigilar los arrastres.
En su opinión, una vez deducidos los gastos de todo tipo- incluidos los honorarios de administración, que se estipulaban en un 5% de los ingresos-, el rendimiento neto...