El matrimonio mixto es la consecuencia de un proceso asimilatorio (II)

“El Faraón se levantó aquella noche lo mismo que todos sus servidores y todos los egipcios y en Egipto resonó un alarido inmenso, porque no había ninguna casa donde no hubiera un muerto”. Muerte de los primogénitos. Décima plaga. (Éxodo capítulo 12, versículo 30).

He percibido como tal vez en cierta forma lo esperaba, el tema ha tocado la fibra más íntima de cercanos y ajenos, in-quietando osacando de la quietud a este esforzado escritor y obligando/me a repasar (con gusto) el lápiz fino a un tópico que angustia al pueblo judío desde siempre, sea en lo general como en lo individual y particular.
Pero me veo en la obligación de manifestar que cuando uno intenta analizar algo tan ríspido como es el caso de los matrimonios mixtos debe intentar hacerlo desde una posición subjetiva(personal), pero al mismo tiempo lo más objetiva posible en el desglose, donde lo que debe contar mas allá de cada caso y caso, son los resultados o las resultantes concretas que se derivan de las posiciones de cada judío o las diferentes corrientes tienen sobre el judaísmo.
Más allá de lo que dice la Halajá o ley judía, muchos se manifiestan judíos y quien puede decir que no sean sinceros en sussentimientos o deseos, pero siempre volvemos al punto que es, entiéndase los resultados o impactos en la demografía o en la sustentabilidad del judaísmo en el tiempo.

¿Casualidad o causalidad?
Por haberlo visto, estudiado y vivido, yo entiendo que lo que nosotros los humanos denominamos en ocasiones “casualidad” en verdad oculta “causalidades” que en algunos casos son evidentes o en otros casos seencuentran ocultas o sumergidas como los peces en el mar.
Entonces, “si por mera casualidad” mi pareja es una persona no-judía, es muy probable que este encuentro o esta elección se haya dado en el marco de una serie de causas que tienen que ver con el entorno y mas profundamente con cuestiones(deficiencias) de formación y educación en el aspecto judaico o rasgos del carácter que nos hacen mássensibles o vulnerables a que lógicos pero muchas veces pasajeros pero fuertes efectos que tienen que ver con la emoción (sentimientos) o con lo físico-sexual impulsen decisiones que van a marcar a fuego nuestro futuro y nuestra descendencia como no hay otra cosa que exista y que pueda hacerlo en igual modo y profundidad y extensión en el tiempo y para siempre.
Por supuesto que las presentes líneasno pretenden abrir juicio sobre la calidad de las personas (mejores o peores), sea la parte judía como no -judía, sino lo que interesa es el impacto que tienen estas uniones tan numerosas y frecuentes (50 al 70% de los matrimonios) en algunas latitudes en la continuidad del pueblo judío.
Y muy en especial si la madre es no-judía y si el matrimonio mixto o la pareja mixta se da en los países dela diáspora, donde sabemos incluso por la química que la tendencia es que el soluto sea disuelto por ese enorme mar de solvente que lo rodea.
Obviamente que el soluto somos los judíos y el solvente es el enorme océano o sociedad no-judía con todo su cúmulo de valores (buenos y malos) que nos envuelve en forma completa.

De la película a la realidad
El que esto escribe es un médico y obvio queno soy y no califico como psicólogo, rabino, sociólogo, etc. pero lo que deseo aclarar que esta regla asimilatoria puede admitir excepciones. Y si bien conozco algunas de ellas, donde la parte no-judía se aviene a su pareja judía e intenta o consigue la conversión por una vía no ortodoxa en la diáspora o incluso por una vía ortodoxa en Israel, no puedo tomarme de ellas para el presente análisispues si bien toda regla tiene sus honrosas excepciones, la regla o lo habitual o lo común continua siendo que del 100% de los matrimonios mixtos solo podamos rescatar cenizas o restos o uno o pocos y en ocasiones o las más de las veces ningún hijo dispuesto a persistir o intentar una conversión plena al judaísmo y su nueva pareja será una pareja (valga la redundancia) no-judía y de esta forma el...