El metro toda una odisea y un discurso a la victoria

muchos pensaran que estoy loco, a la primera impresión dirán para que continuo leyendo si esto no es mas que un simple articulo sobre lo bueno o malo que puede resultar viajar en un vehículo de transporte publico, pero hoy escribo a algo que seguramente mas de una persona experimenta al sentirse aprehendido y encerrado en algo que puede ocasionar cientos de emociones ya sea fuertes o ligeras,pero que sin duda marcan nuestro destino.

un error toco la puerta de mi vida, cerro miles de oportunidades
pero hoy comparto miles de experiencias.

amaneció como todos los días...
me dispuse a hacer lo que comunmente en la mañana hago dia tras dia
abrí mis ojos e intente levantarme,un dolor intenso y profundo me lo impedio
el frio de la muerte acariciaba mis lamentos y un recuerdo obscuroagobiaba mi presente.

poco a poco sentí como ese pequeño pestañeo de las 6 se hacia mas intenso,
los latidos de mi corazon se aceleraban y la presion de mi sangre aumentaba,
no recuerdo haber regresado a casa sin embargo me enconrtraba postrado en la cama
desahuciado y custodiado por mi fiel compañero...el ángel de la muerte

mi ultimo recuerdo me causaba dolor y sufrimiento
unapagón de luces me causo lo que considero mi muerte

una muerte que fue desastrosa, peligrosa y el fin de mis problemas.

el día de mi muerte como siempre me alistaba para ir al trabajo.
porque ¡sí! tenia un trabajo que me daba buenos ingresos, los suficientes para comer, vestirme de pies a cabeza, alimentar a mi mascota y darme uno que otro gusto con "la mujer de mi vida".

ahora recuerdoque envejecía sin darme cuenta de que la causa era mi excesivo y agitante trabajo, el que me quitaba "horas extras", horas de mi vida, claro sin contar los segundos que perdía cada ves que ponía un tabaco en mi boca.
mi doctor me había diagnosticado cáncer de pulmón, poco tiempo me quedaba si continuaba fumando esa porquería.

y como dije, me duche, fue el ultimo día que sentí recorrer elagua desde mi costado hasta mis pies, magnifico digo que es experimentar lo que los físicos llaman mojar la piel, sentir el cáliz que nos da la vida, dejarlo correr.
me vestí rápidamente con lo primero que encontré en mi perchero, un saco viejo, un pantalón desgastado y la corbata que use en la ultima fiesta de halloween, lucia inmundo, rastrero, pero era simplemente un día mas en la oficina decorreos, otro agotador día marcando paquetes, leyendo nombres de gente que recibia aprecios de sus familiares, recordando que yo no tenia quien me enviara una postal navideña, una navidad mas sin amigos, un fin de año mas marcando paquetes.

tome el desayuno, empaque mi almuerzo y me dirigí a la estación de bus tres cuadras al norte cerca del lugar donde viajan los que poseen tarjetas por nogastar espacio en los bolsillos con sus enormes cantidades de dinero, esos que nos explotan con los malditos impuestos que si que hoy en día son caros...es 1957 y un prospero año nos espera con aumento de impuestos, alza en el transporte y precios del mercado...claro sin olvidar que nuestro humilde salario también crece, ¡si! lo suficiente para sufragar el 70% de lo que sube anualmente la tasaeconómica; confieso que ese día cumplí uno de mis sueños, mientras esperaba en la parada de bus uno de los pasajeros del metro tiro su tiquete, pensé que era un golpe de suerte, emocionado lo recogí y mi rumbo cambio, ya no me dirigía a la oficina de correos, primero debía pasar por 3 villas más para finalmente llegar al infierno...mi trabajo.

todo iba a la perfección, mi vista se deleitaba de estarviajando a una velocidad mayor que la que podía alcanzar cualquier transporte terrestre, una hermosa pasajera de compañía, pero con una expresión facial nada favorable, por supuesto mi vestimenta no era la mejor; una rara presión invadió mi cuerpo y se adueño de mis movimientos, sentí como poco a poco mi cuerpo se estremecía, cada ves era mas intensa, mas intensa, la velocidad del metro...