El Miedo De Un Hombre Sabio
Universidad. De la que luego Kvothe se verá obligado a partir en pos del nombre del viento, en
pos de la aventura, en pos de esas historias que aparecen en libros o se cuentan junto a una
hoguera del camino o en una taberna, en pos de la antigua orden de los caballeros Amyr y,
sobre todo, en pos de los Chandrian. Suviaje le lleva a la corte plagada de intrigas del maer
Alveron en el reino de Vintas, al bosque de Eld en persecución de unos bandidos, a las colinas
azotadas por las tormentas que rodean la ciudad de Ademre, a los confines crepusculares del
reino de los Fata. Y cada vez parece que tiene algo más cerca la solución del misterio de los
Chandrian, y su venganza.
Patrick Rothfuss
El temor de unhombre sabio
Crónica del asesino de reyes: Segundo día
ePUB v2.0
Echelon/Reagal 09.09.12
Título original: The Wise Man's Fear
©2011, Patrick Rothfuss
©2011, Random House Mondadori, S.A.
Traducción: Gemma Rovira Ortega
©2011, Plaza y Janes
ISBN: 9788401339639
Editor original: Echelon (v1.0 a 1.5), Reagal (2.0)
Corrección de erratas: Joselin, nuevosoul, Goldenice, othon_ot, leyendoaver,BathoryBaroness y Reagal
ePub base v2.0
A mis pacientes lectores, por consultar mi blog y asegurarme que preferían un libro excelente,
aunque me llevase algo más de tiempo.
A mis brillantes lectores beta, por su inestimable ayuda y por tolerar mi obsesión por la
confidencialidad, rayana en la paranoia.
A mi fabuloso agente, por ahorrarme trabajo y hacerme la vida más fácil.
A mi sabia editora, por concedermeel tiempo y el espacio para escribir un libro del que me
enorgullezco.
A mi querida familia, por apoyarme y recordarme que es bueno salir de casa de cuando en cuando.
A mi comprensiva compañera, por no abandonarme cuando la tensión de unas revisiones
interminables me convertía en un monstruo insufrible.
A mi adorado hijito, por quererme aunque siempre tenga que marcharme a escribir. Inclusocuando
nos lo estamos pasando en grande. Incluso cuando estamos hablando de patos.
PRÓLOGO
Un silencio triple
A
manecía. En la posada Roca de Guía reinaba el silencio, un silencio triple.
El silencio más obvio era una calma inmensa y resonante, constituida por las cosas que
faltaban. Si hubiera habido una tormenta, las gotas de lluvia habrían golpeado y tamborileado en la
enredadera de setas dela fachada trasera de la posada. Los truenos habrían murmurado y retumbado y
habrían perseguido el silencio calle abajo como hacían con las hojas secas del otoño. Si hubiera habido
viajeros agitándose dormidos en sus habitaciones, se habrían removido inquietos y habrían ahuyentado el
silencio con sus quejidos, como hacían con los sueños deshilachados y medio olvidados. Si hubiera
habido música…pero no, claro que no había música. De hecho, no había ninguna de esas cosas, y por eso
persistía el silencio.
En la posada Roca de Guía, un individuo moreno cerró con cuidado la puerta trasera. Moviéndose en
la oscuridad más absoluta, cruzó la cocina y la taberna con sigilo y bajó por la escalera del sótano. Con
la facilidad que confiere una larga experiencia, evitó los tablones sueltos que pudierancrujir o suspirar
bajo su peso. Cada paso lento que daba solo producía un levísimo tap en el suelo. Su presencia añadía un
silencio, pequeño y furtivo, al otro silencio, resonante y mayor. Era una especie de amalgama, un
contrapunto.
El tercer silencio no era fácil reconocerlo. Si pasabas largo rato escuchando, quizá empezaras a
notarlo en el frío del cristal de la ventana y en las lisas paredesde yeso de la habitación del posadero.
Estaba en el arcón oscuro que había a los pies de una cama dura y estrecha. Y estaba en las manos del
hombre allí tumbado, inmóvil, atento a la pálida insinuación de la primera luz del amanecer.
El hombre tenía el pelo rojo como el fuego. Sus ojos eran oscuros y distantes, y yacía con el aire de
resignación de quien ha perdido hace ya mucho toda esperanza...
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