El minotauro-spinoff

La triste realidad
Tal vez muchos no me crean pero yo siempre he amado a mi hermano, sin importar sus diferencias, tanto así que trato de visitarlo cuando las circunstancias me lo permiten (claro,sin que nadie se percate) y le cuento sobre la vida fuera del laberinto en el que vive atrapado. A veces pienso que mi presencia tiene el efecto de hacer sus largas noches más cortas. Con eso en menteavanzo mis pasos y me dirijo hacia el laberinto.
Cuando llego a la entrada del laberinto observo todo mí alrededor para estar segura que nadie en el palacio vea lo que estoy a punto de hacer. Alestar satisfecha que nadie me vigila, de entre mis faldas saco un ovillo de hilo (ya un poco gastado después de tantos años de uso), lo amarro fuera del laberinto y entro. Mientras camino escucho unsonido muy peculiar y con un mal presentimiento me dirigió hacia él. Cuando mis ojos reconocen la figura de mi hermano quedo paralizada, y siento como mi corazón late ferozmente, como si quisiera salirsede mi pecho. Frente a mí se encontraba un hombre (que parecía ser príncipe de alguna nación por sus vestiduras) y junto a él se encontraba mi hermano, tirado en el suelo, con una espada enterradaentre los cuernos de su cabeza. Fue tanto el impacto que caí de rodillas, acto que nunca había experimentado y lentamente vi como mi alrededor iba obscureciendo.
Al despertarme me encuentro en un lugardesconocido, que al mirar con más precisión reconozco con el interior de un barco. Voy a levantarme pero un hombre me detiene; entonces recuerdo lo sucedido. Y siento como el aire se va de mispulmones y un grito está esperando escaparse.
“Su alteza, no tiene por qué preocuparse, la he salvado de la monstruosa bestia con cuerpo de hombre, jamás tendrá que volver a tal horrible lugar, yo, el granTeseo, hijo del rey Egeo, he matado a su capturador.” -contesta Teseo con gran afán.
Fue tanta mi furia, tanto mi dolor que comencé a sollozar. Sentía que los dioses estaban jugando con mis...