El mio cid
Antolinez se vuelve para la ciudad. Así se despidió aquel varón. Soltó las riendas y los caballos empezaron a aguijar.
Antolinez: quiero despedirme de mi mujer despacio, y advertir a todos lo que deberán hacer (en mi ausencia). Si el rey quisiera despojarme no me importa. Antes de rayar el alba estaré devuelta con vosotros.
Capítulo 14.-
El Cid va a Cardeña a despedirsede su familia, mientras Don Martin retorna a Burgos, y Mío Cid se marchó a Pedro de Cardeña, con los demás caballeros que sirven a su favor. Cuando el Cid Campiador llega al monasterio, estaba con Sancho el cristiano del creador rezando mientras apunta el albor. Y estaba Doña Jimena con 5 damas rezando al Divino Creador.
Jimena: Tú, que eres de todo guía, ampara al Campeador.
Capítulo 15.-
Losmonjes de Cardeña reciben al Cid. Con luces y cirios acudieron todos al patio, y reciben llenos de gozo al Cid Campeador.
Don Sancho: ¡Gracias a Dios, Cid mio! Y pues al fin os tengo a mi lado, sed mi huésped.
Cid: Gracias Señor Abad; muy satisfecho estoy de voz, yo preparare la comida para mí y mi gente. Os quiero dejar cincuenta marcos, y os los doblare si Dios me da vida y salud. No quisieracausar menor gasto en el monasterio. He aquí otros cien marcos, para que podáis servir durante todo este año a Doña Jimena y sus hijas. Cuidadme buen a esas dos niñas que dejo, se las encomiendo especialmente. Si os se les acabe el dinero no miréis en gastos para darles cuanto necesites. Por cada marco que gustéis yo daré al monasterio cuatro.
Doña Jimena se acerca con sus hijas, una en cadabrazo. Ella se arrodilla Campeador.
Doña Jimena! Merced os pido, Campeador bienhadado! Por calumnias de malsines de esta tierra sois echado.
Capítulo 16.-
Doña Jimena lamenta el desamparo en que deja el Cid a sus hijas.
Doña Jimena: ¡Merced os pido, Cid! Heme ahora ante voz, y conmigo vuestras hijas, de tan poca edad las dos, y con nosotras las damas por quien somos servidas. Ya veocampeador que vais a prender la ida y habremos de separarnos los dos aun estando en vida. ¡Dadnos ya vuestro consejo Cid, por Santa María!
Las dos manos alargo, el Cid y cogió con sus dos brazos con amor a sus dos hijas, las acerco al corazón, porque mucho las quería. Con lágrimas en los ojos muy fuertes suspira.
Cid: ¡Oh Doña Jimena, esposa tan honrada y tan cumplida, a voz os quise mujer igual que elalma mía! Yo he de partir, mientras voz os quedáis en Castilla. ¡Plegue a Dios, y así también plegue a Santa María, que yo case por mis manos, algún día, a nuestras hijas, y para tal aventura gozar se alarguen mis días, y voz, mi mujer honrada, por mi has de ser servida!
Capítulo 17.-
Un centenar de castellanos se unen en Burgos para irse con el Cid. Grande comida le hacen al buen CidCampeador. Tañen todas las campanas en San Pedro a gran clamor. Por toda Castilla extendiéndose el pregón.
Pregón: Se va de la tierra Mio Cid Campeador.
En aquel día en el puente que hay sobre el río Arlazón, ciento quince caballeros todos reunidos son, preguntando: ¿Dónde está el Mio Cid Campeador?
Capítulo 18.-
Los cien castellanos llegan a Cardeña y se hacen vasallos del Cid. Este disponeseguir su camino por la mañana.
Volvió a sonreír el cid cuando en su vista están, todos llegan, y las manos del Cid van a besar. Hablo entonces el Cid con su mejor voluntad.
Cid: Yo os ruego a nuestro Señor, que a los que por mí dejáis las casas y la heredad, antes que yo muera, os pueda recompensar; y cuanto hoy perdéis, doblado un día podrías cobrar.
Del plazo acordado, seis días han pasadoya, tres días solo les queda para el plazo terminar; mando entonces el rey a vigilar, ni por oro ni por plata lo dejasen escapar. El día ya va saliendo y a sus caballeros el Cid mandó a juntar.
Oíd, varones, esto no os cause pesar, poco tengo, pero quiero a todos su parte dar. Tan pronto como amanezca y el gallo quiera cantar, no os retraséis y mandar los caballos a ensillar, y la misa dirá...
Regístrate para leer el documento completo.