El mismo y lo otro
La verdadera vida está ausente. Pero estamos en el mundo. La metafísica surge y se mantiene en esta excusa. Pero, ¿quién es el Otro? El Otro no es otro con una alteridadrelativa como, en una comparación. La alteridad del Otro no depende de una cualidad que lo distinguiría del yo, porque una distinción de esta naturaleza implicaría precisamente entre nosotros estacomunidad de género que anula ya la alteridad. El deseo metafísico tiene otra intención: desea el más allá de todo lo que puede simplemente colmarlo, es como la bondad: lo Deseado no lo calma, loprofundiza. El deseo es deseo de lo absolutamente otro. Deseo sin satisfacción que, precisamente, espera el alejamiento, la alteridad y la exterioridad de lo Otro.
Ruptura de la totalidad, no es una operacióndel pensamiento, obtenida por simple distinción de términos que se invocan o, al menos, que se alinean. El vacío que rompe sólo puede mantenerse contra un pensamiento, fatalmente totalizante ysinóptico.
La trascendencia no es la negatividad. La idea de lo perfecto y de lo imperfecto conserva así todo su valor. La negatividad es incapaz de trascendencia. Esta designa una relación con una realidadinfinitamente distante, sin que esa distancia destruya sin embargo esta relación y sin que esta relación destruya la distancia, como se produciría en las relaciones interiores del Mismo; sin que estarelación llegue a ser una implantación en el Otro y confusión con él, sin que la relación perjudique a la identidad misma del Mismo.
La metafísica precede la ontología, aquí la teoría se compromete enun camino que renuncia al Deseo metafísico, al a maravilla de la exterioridad, de la cual vive este Deseo. Pero la teoría, como respeto de la exterioridad, esboza otra estructura esencial de lametafísica, tiene la preocupación crítica en su inteligencia del ser u ontología. La relación con el ser, que funciona como ontología, consiste en neutralizar el ente para comprenderlo o para apresarlo....
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