El Mito De D.Juan
Los alrededor de 450 millones de hispanohablantescomparten el 80% del vocabulario. El resto se arregla con el contexto, por eso cuando en España se lee que "Néstor Kirchner irá a una bóveda familiar en Río Gallegos" se entiende que los restos del ex presidente argentino serán trasladados al panteón de sus ancestros.
Por si falla el contexto ahí está el nuevo Diccionario de americanismos (Santillana) que, coordinado por el académicopuertorriqueño de origen cubano Humberto López Morales, la asociación que reúne a las 22 academias de la lengua acaba de presentar en Madrid dentro de un largo periplo iniciado al otro lado del Atlántico.
Si todo diccionario es a la vez un mapa y un territorio, este -con 70.000 voces, frases y locuciones, 120.000 acepciones, 2.333 páginas y 2,7 kilos de peso- es el fruto de ocho años de trabajo y dos siglosde buenas intenciones, los que se cumplen ahora de la emancipación de las repúblicas americanas. Contra el tópico de la lengua aliada del imperio, el gran momento de expansión del español en el nuevo mundo fue la independencia y no la conquista. Hasta entonces, aunque la espada acompañara a la cruz, había primado el mandato bíblico de Pentecostés: predicar a cada uno en su lengua. ¿Y cómo searreglan las cosas con el díscolo y polifónico 20% del idioma cuando no hay contexto ni diccionario? A veces, sonrojándose. Es lo que les ocurrió a algunos de los académicos españoles que, en 1976 y encabezados por Dámaso Alonso, entonces director de la RAE, acudieron a un coloquio en Santiago de Chile. Se acercaba el 12 de octubre y los lingüistas se encontraron la ciudad empapelada con una frase:"La polla se viste de mantón de Manila". Si a eso se suma la combinación del primer sustantivo (lotería) con el verbo sacarse (ganar) se entenderá la sorpresa de los europeos y la sonrisa con la que recuerda ahora aquel episodio Alfredo Matus, por entonces un joven filólogo y hoy director de la Academia Chilena.
A Matus se le debe el lema -"América en la lengua española"- del Congreso de la Lenguade Valparaíso, frustrado por el terremoto (o remezón) de febrero pasado, por eso le gusta repetir que "unidad no es uniformidad" y que los malentendidos que causa la "policromía" del idioma son siempre, además de humorísticos, menores: pena es vergüenza en Colombia y México, madera es insensible en casi todo el Cono Sur, playa es aparcamiento en cinco países y mañoso en otros tantos significacaprichoso. La comunicación está garantizada por más que, el viaje es de ida y vuelta, la inocente manía de los españoles de cogerlo todo -ya sea un autobús, la gripe o el toro por los cuernos- sorprenda a muchos hablantes de la otra orilla, para los que ese verbo significa, vulgarmente, fornicar.
Antes que tomate, patata, chocolate o guateque, la primera palabra de origen americano que se instaló enel español fue canoa. Y se instaló de tal forma que el Diccionario de americanismos recoge hasta 14 acepciones pero prescinde de la más común. Por otro lado, si España es un curioso americanismo (en la locución cubana España en llamas, una mezcla de hielo, sidra y ron), la América no lo es. Lo más cercano es pagar a la americana (a escote) y, en Nicaragua, el inefable American dream.
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