El Monte Lidia Cabrera

Páginas: 881 (220037 palabras) Publicado: 24 de septiembre de 2015
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EDITORIAL LErTRAS CUBANAS
LA. HABANA, COBA

ABRIENDO MONTE*
A Osain, Dueño del. Monte...
AMarié

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Todos los derechos reservados
© Sobre ¡aprésente edición:
.Editorial Letras Cubanas, 1993
Palacio del Segundo Cabo 0"Reiliy4,
esquina a Tacón La Habana, Cuba
Edición.' Ana Ai* .Muñoz Backs
Cubierta; Regido Cabrera Corrección:'
Verónica. Riveiro Hernández
yJorge Rósete Hernández I.S.B.N.:
959-10-0054-5 iS.B.N. España: 84-5993339-3 Depósito Legal: M-31625-1993
Imprime S.S.A.C., S.L, MADRID
{España)

A propósito de la. primera edición de Eímonte% en 1954, .Alejo Carpentíer evocó el día. en que conoció' a Lydia Cabrera (...): «Yo no podía
sospechar que aquel día, acaso, había nacido la vocación de la joven
cubana, por el estudio de los ritos de la magiaafrocubana».' El encuentro
había tenido lugar una tarde de 1927, en la que el escritor y el sabio cubano
Fernando Ortix habían asistido, como en otras muchas ocasiones,, a cierta
ceremonia de santería. Cuenta el cronista de «Letra y Solfa.» que vieron
venir a. Lydia en 'Compañía de la. escritora, venezolana, Teresa de la Parra;
ambas se habían' dado cita en aquel toque de tambor, interesadas enescuchar las sonoridades ancestrales de nuestro pueblo.
Pero lo que no podía sospechar Alejo Carpentier en aquel año de 1927,
era que Lydia Cabrera llegaría a formar una extensa colección de testimonios acerca, de tradiciones que han. dejado su impronta en. el sentir de
un amplio sector de lo cubano,, huela 'visible en actuales supersticiones,
danzas y misterios. Labor resultante de una vocaciónsurgida, según
confesión de la propia Lydia, durante su infancia, cuando la negra Teresa
M., desposeída de sus derechos hereditarios, tocé a la puerta de Raimundo Cabrera, su padre, en busca de amparo legal... Nada pudo hacer el

prestigioso abogado por aquella
cansa, pero desde ese mismo
instante, Teresa M. entró era la
casa de los Cabrera en calidad de
costurera de la

* Todas las citas de JoséMartf utilizadas en este prólogo han sido tomadas de
de Martí (compuesto por Mariano Sánchez Roca). Editorial Loe, La Ha.ba.na,. 1959, t. 6.
1 Alejo 'Carpentier. «El monte». «'Ixfra y Solfa». El Nacional, 'Venezuela, abril, 1954.

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famiia. «Fue ella quien me condujo por primera vez a un asiento» (,..),2
escribió la autora de El monte.
Fue también determinante en esta vocación, la influenciaejercida por
Fernando Grtiz, máxima autoridad en estos asuntos, a quien Lydia estuvo
vinculada por lazos familiares y de .colaboración intelectual.,.,.3 Fue dora
Fernando quien prologó la edición, de los Ótenlos nepos de Cuba, en 1940,
Ibro que resultó una suerte de universalización de leyendas cubanas, a la
altura de los hermanos Grimm o de una, Selma Lagerlof. Años después,
Lydia aprovechó la, saldade El monte para rendirle homenaje a su
maestro al dedicarle «A Fernando Ortiz: con afecto fraternal» esta preciada pieza de su vida y obra.
Otro factor en la génesis de esta vocación fue el ejemplo de su padre,
quien le dejó una obra que, si bien no toca, los 'misterios de orishas y ceibas,
resulta una interesante rajón sobre un contexto de gran acervo nacional.
Recuerdo como un ejemplo de estelegado, Afir buenas tiempos (1890),
donde Raimundo Cabrera, en un extraordinario juego de montaje de las
más diversas .anécdotas, y moralejas,, reconstruyó sus inicios en el mundo
profesional del Derecho cubano. Es un breve libro de cuentos personales
cuya gran magia radica en las lecciones, que suele darnos la vida misma.
Es entonces aceptable que la autora de libros como El monte haya sido
LydiaCabrera, a quien lo místico, lo acucioso y lo anecdótico le llegaron
desde esos tres puntos, cuya única y posible .convergencia es la preocupación por alcanzar una mejor comprensión, hacia lo que hemos sido y lo
que somos, porque es también lo cubano el centro de este libro que ahora
la Editorial Letras 'Cubanas ha reeditado, y que rebasa las 600 páginas.
Monumental ¡dad nada ociosa, que...
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