el movil
NO ME LO van a creer, es como en las cintas de bió¬ grafo, las cosas son como vienen y vos las tenés que aceptar, si no te gusta te vas y la plata nadie te la devuelve. Como quien no quiere, ya son veinte años y el asunto está más que prescrito, así que lo voy a contar y el que crea que macaneo se puede ir a freír buñuelos.
A Montes lo mataron en el bajo una noche deagosto. A lo mejor era cierto que Montes le había faltado a una mujer, y que el macho se lo cobró con intereses. Lo que yo sé es que a Montes lo mataron de atrás, de un tiro en la cabeza, y eso no se perdona. Montes y yo éramos carne y uña, siempre juntos en la timba y el café del negro. Padilla, pero ustedes no se han de acordar del negro. También a él lo mataron, un día si quieren les cuento.La cosa es que cuando me avisaron ya Montes había espichado y a gatas llegué para ver cómo la hermana se le tiraba encima y le daba la pataleta. Yo lo miré un rato a Montes que estaba con los ojos abiertos, y le juré que el otro no se la iba a llevar de arriba. Esa noche hablé con Barros y aquí es donde el cuento les va a parecer macana. La cuestión es que Barros había sido el primero enllegar cuando se oyó el tiro, y lo encontró a Montes boqueando al lado de un paraíso. tarros, que era una luz hizo lo imposible para que le dijera quién había sido. Montes quería hablar pero con un plomo en la cabeza no debe ser nada fácil, así que Barros no le pudo sacar gran cosa. De todas maneras Montes le alcanzó a decir, fíjense lo que es el delirio de un moribundo, algo así como “el del brazoazul”, y después dijo una palabra que debía ser “tatuaje”, y por ahí sacamos que el mozo era marinero y gracias. Dénse cuenta, con lo fácil que era decir López o Fernández, pero con un balazo en el coco a cualquiera se la doy. A lo mejor Montes no sabia cómo se llamaba el otro, los tatuajes se ven pero un nombre hay que averi¬guarlo y en una de esas es de grupo.
Ahora ustedes se van areír cuando les diga que ocho días después Barros y yo lo localizamos al tipo, mien¬tras la mejor del mundo seguía meta batidas al cuete en el puerto y por todas partes. Nosotros teníamos nuestros rebusques, y no los voy a cansar con detalles. Pero no es de eso que se van a reír, se van a reír de que el batidor no nos pudo dar la filiación del tipo, en cambio nos avisó que rajaba en un barcofrancés y que no iba de marinero, iba de pasajero y dénse cuenta qué lujo. Por ahí sacamos que el mozo estaba retirado de la profesión, pero aprovechaba que conocía mundo para hacerse humo. Lo único que sabíamos era que viajaba de tercera y que era argentino. No hay que extrañarse. Un gringo no lo hubiera podido a Montes, pero lo más raro del caso es que el batidor no nos pudo, conseguir el apellido delmozo. Mejor dicho le dieron uno que después resultó que no figuraba entre los pasajeros. La, gente a veces tiene miedo, che, y a lo mejor el tipo que por treinta nacionales le pasó el dato a nuestro batidor, le macaneó el nombre para curarse en salud. O andá a saber si el mozo a última hora no consiguió otros papeles. La cosa es que ahora sigue el biógrafo, porque yo y Barros hablamos toda unanoche, y a la mañana me constituí en el Departamento y empecé con los papeles. En aquel entonces no daba tanto trabajo conseguir el pasaporte. Bueno, abreviando detalles la cosa es que en el comité me palanquearon el pasaje, y una noche a las diez este cuerpo estaba a bordo con destino a Marsella, que es un apeadero de los franchutes. Ya les estoy viendo la cara pero paciencia. Si quieren no lo sigo.Y bue¬no, entonces echá más caña y háganse de cuenta que están leyendo el conde de montecristo. Ya les previne de entrada que estos casos no les ocurren a todos, aparte que eran otros tiempos.
En el barco que iba casi vacío me dieron para mí solo un camarote con cuatro camas, fíjense qué lujo. Podía poner la ropa bien estirada, y me sobraba lugar. ¿Ustedes viajaron a Europa,...
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