El mundo de los excepcionales

El mundo de los excepcionales
Sebastián Molina
La sala se llena de repente, como si la puerta fuese una represa que se rompe y los alumnos del primero medio D fueran el agua acumulada que entra llenando todos los espacios. Los gritos se confunden con el eco de cada uno de ellos, generando un murmullo altamente molesto. Entran en forma apoteósica, aún con energías después de un recreo de 25minutos que no logra su objetivo de despejarlos lo suficiente como para que entren más tranquilos a su clase de Lenguaje. Ese jueves, a las 12:35 el sueño se ha ido, dando paso a la hiperactividad.
Algunos se sientan y de inmediato sacan sus agendas para ocupar las portadas de tapa dura como ventilador, moviéndola rápidamente cerca de la cara para secar las gotas, producto del ejercicio físicointenso que fue el intermedio. Otros simplemente siguen conversando de la misma manera en que lo estaban haciendo antes que sonara la campana, impertérritos ante la llegada de la profesora, que no estaba con ganas de mantener este escenario mucho tiempo más. Se dice entre los profesores que el tercer bloque es lejos el más difícil entre los niños de 14 años.
De a poco la calma se empieza a apoderarde la situación. El griterío de hace 5 minutos ya ha cesado bastante y los conversadores ya pactaron la reanudación para las 13:55, hora del último recreo. Hay dos que aún mantienen la copucha, absorbidos por un entretenido debate acerca de un juego de computador que los tiene hasta altas horas de la noche jugando. La miss Claudia los ubica rápidamente, siempre lo hace. Sabe que se van a callar enel momento exacto en que ella comience con su clase. Por el momento, les deja unos últimos minutos de esparcimiento, mientras ella cumple con pasar la lista. Al llegar a Mujica, no escucha nada. ¡Qué raro! , dice uno, hoy día si vino.
La profesora no le da mucha importancia. Con Iñaki era bastante común.
A esa misma hora, un par de metros más arriba, comenzaba la hora de Educación Física paralos segundos medios. El campanario había anunciado la vuelta a clases hace no más de un minuto y la gran mayoría de los alumnos ya estaban entrando a la sala más grande del colegio, una que para el respiro de algunos no tenía ni ventanas, ni techo, ni mesas, ni sillas.
Para ser junio hace demasiado calor y prueba de ello es la falta de nubes en el cielo, que viste un celeste nítido, como en losmejores días de verano. La cancha de pasto sintético del Colegio Padre Hurtado y Juanita de los Andes estaba en perfectas condiciones. A los pies de la Cordillera de los Andes, en el sector oriente de la capital, se podía apreciar que las cumbres de los cerros más lejanos aún conservaban la nieve que había caído la semana anterior.
Llegan uniformados con la ropa de deporte del colegio; Polerasrojas y shorts azules. En el pecho, bordados de hilo dorado, están las siglas correspondientes a los santos de cada institución; “C.J.A” se lee en las mujeres por Juanita de los Andes. “C.P.H” por Padre Hurtado en los hombres. Se alistan para hacer su cuota de deporte semanal, separados en diversas áreas de entrenamiento; Lanzamiento, velocidad, salto y resistencia. Una especie de fiesta de largaduración para los más inquietos. Una tortura para los enemigos del ejercicio.
Sentada en una de las bancas que circundan la pista de recortán está Esperanza con su espalda mirando hacia el cerro Manquehue, que por el Norte se divisa claro y nevado como es la costumbre a esta altura del año. Es la primera en llegar al lugar de reunión de su clase de lanzamiento. Resalta su calma, contraria a lahiperactividad de sus compañeros hombres que corren y saltan enérgicamente, una estrategia para conquistar a las mujeres que no hacen más que conversar y mirar por sobre el hombro a los jotes.
Después de un par de minutos, empiezan a llegar los demás lanzadores hasta que están todos listos para recibir las instrucciones del profesor. La primera orden es simple: separarse en parejas y lanzarse...