El mundo que heredare a mis hijos
El mundo que heredare a mis hijos.
Salvador I. Reding Vidaña
No podemos, como humanidad, seguir haciéndonos tontos pensando que “el futuro” serápara otras
generaciones, y a ver cómo le hacen: ese futuro es hoy, ya nos alcanzó. Debemos tomar conciencia de
que los problemas previstos hace unas décadas, por falta de previsión, ya están aquí.
losque dan vuelta a
un grifo y tienen agua en casa, no saben lo que es la escasez de combustibles (la leña incluida), y en
general llevan una vida de confort. Son los más insensibles a la destrucción delhábitat.
El cambio climático ya cuesta vidas, tanto por sequías o inundaciones, como por excesivo frío o calor. Y
no estamos hablando solamente de zonas olvidadas por el primer mundo, como África,Asia y
de clima extremoso,
de sequías, de falta de agua potable o ciertos alimentos; al menos está presente en reportajes de los
medios informativos.
Nos enojamos, nos entristecemos, nos solidarizamos“moralmente” con quienes más sufren hambrunas,
sed y mal clima; con las víctimas de huracanes y tornados, y ¡ah!… del tsunami, que puede repetirse.
Pero eso no sirve de mucho si no modificamos en lopersonal, en lo familiar y en lo comunitario, nuestros
estilos de vida, de producción y de consumo.
Cada persona, cada familia y cada comunidad, tienen en sus manos tomar medidas de cuidado del
ambiente,de evitar el desperdicio, de ahorrar energía, por ejemplo. Los grandes cambios sociales son
siempre la suma de pequeños cambios individuales. La economía nacional es la suma de las economíasdomésticas y públicas.
Debemos tomar conciencia de que los problemas previstos hace unas décadas, y otros sólo
recientemente, por falta de previsión, ya están aquí. Vale la pena insistirlo, y que las noticiasdesastrosas
en los medios, y nuestras propias limitaciones, que antes no teníamos, nos obligan a cambiar nuestra
forma de vivir, y a hablar con otros para que también tomen conciencia y hagan lo...
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