El mundo segun monsanto
O eso se deduce de sus páginas. Una empresa cuyo único cometido es hacer el mal a la humanidad. ¿Exagero? Yo no, sino la autora del libro.
Empecé a leer este libro consentimientos encontrados. Por un lado creo que las multinacionales son capaces de realizar cualquier tipo de atrocidad siempre que redunde en su beneficio. Gran parte de los golpes de estado enAmérica Latina tienen su origen en los intereses de multinacionales de Estados Unidos. La insalubridad del tabaco se intentó tapar con cientos de falsos estudios científicos -yo recuerdo haber visto uno queafirmaba que las posibilidades de tener cáncer por fumar eran las mismas que comiendo tres galletas integrales.
Pero por otro lado estos ataques a lo transgénico tienen un tufillo antitecnológicoque no me gusta. La tecnología, o el mal uso que hemos dado a la misma, ha traído problemas. Eso nadie lo duda. Pero de ahí a muerto el perro se acabó la rabia hay un trecho. La tecnología no es malaen sí misma, pero algunos grupos ecologistas parecen pensar lo contrario.
Muchas veces se mezclan churras con merinas; recuerdo un documental que vi sobre biotecnología de sesgo ecologista.Criticaban, con toda razón, que las empresas van a buscar microorganismos a los países del tercer mundo y patentan sus genes por si son de utilidad. Algo que debería estar prohibido. Pero también criticabanun proyecto -amparado por una universidad y no privado- que recogía muestras de sangre de diferentes etnias para tener un muestreo de la diversidad genómica humana. Algo que no tiene nada de malo, alcontrario, pero que para los ojos de los que hicieron el reportaje era lo mismo: engañar a gente de los países pobres para robar su riqueza genética.
Dando por sentado mi punto de vista sobre lasmultinacionales no me hace falta que me convenza nadie de que Monsanto puede estar haciendo cosas malas. Pero si me lo quieren demostrar necesitaré datos más o menos fiables y opiniones mesuradas. Y...
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