El mundo y sus demonios
Se sirve de una vasta argumentación ilustrando y evidenciando la defensa que el autor hace de la ciencia. Resalta el combate a laspseudociencias enfatizando el método científico en contrapartida a la pasión exaltada,proceder típico del sentido común. Presenta las posibles razones de la preservación de esas creencias nocientíficas en la sociedad que se presentan como aspectos culturales y biológicos hererados de los antepasados remotos,fundamentales para la supervivencia de la especie humana,pero que pueden convertirse entrampas para el discernimiento cuando no son advertidos.
Señala que renunciar a la ciencia es más que abandonar tecnologías,es lo mismo que negar una condición inherente al ser humano como es laracionalidad, y consecuentemente, la posibilidad del conocimiento.Describe a la democracia como piedra fundamental del progreso científico y digna de admiración y esmero.
La descripcíón del título y elsubtítulo presentan exactamente la idea de que la claridad o iluminación sería el resultado del proceso científico. Rechaza lo místico y cualquier posibilidad de "conocimiento" no permeado por elpensamiento científico racional. Ocurre una especie de desmistificación,característica básica del positivismo y cientificismo de occidente. El compromiso del autor con la ciencia se da en el mas amplio ámbitode confianza y esperanza en esa "herramienta". La ciencia como único medio "sólido" de conocimiento acerca del mundo y manipulación de este mismo para la vida práctica, demostrando su legitimidad y suposibilidad de ser tomada en serio,gracias a los resultados aplicables en la vida cotidiana y en el laboratorio. La ciencia simplifica el mundo,tornándolo más "accesible" y crea herramientas que...
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