El mundo
A Barcelona (bueno, a los barceloneses) le gusta explicarse a sí misma. Lo que en realidad resultó una pesadilla del periodo preolímpico fuela insistencia en explicar la estructura urbana de la ciudad: que si siempre ha crecido a golpes; que si los ensanches; que si nos olvidamos de la ciudad gris del franquismo. Y a ello le siguió elpensar la estructura social: que si el mismo Macba suponía una operación de limpieza del barrio chino (“gentrification” se llama la operación); que si el Fórum y la recuperación del litoral cercano alBesos ocultaba la degradación del barrio de la Mina. La cosa no es nueva también en el siglo XIX la puesta en marcha del Ensanche (y luego las dos exposiciones universales) generaron debatesdeombliguismo sobre la ciudad. Lo que muestra la exposición es que la fotografía estaba ahí para levantar acta y, de paso, vuelve al tema de Barcelona sobre sí misma en la sección “2007. Imágenes metropolitanasde la nueva Barcelona”. En todo caso, el turista en el museo (ese nuevo animal público de Barcelona) podrá “aprender” algo de la ciudad que visita: si el día es lluvioso, el diaporama de Manuel...
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