el nacionalismo en la revolucion
En aquellos momentos, sólo había una ruta: el nacionalismo revolucionario, la cual comenzó a ser recorrida por casitodos los creadores. La gráfica no fue ajena a la nueva religión.
La ilustración del nacionalismo revolucionario no surgió de la nada, fue resultado de un proceso religioso.Los artistas estaban obligados a vivir una conversión absoluta, justo como le sucedió a Diego Rivera, Roberto Montenegro y Fermín Revueltas al regresar del extranjero.Asimismo, era fundamental que ellos profesaran la fe del izquierdismo: “una fe –señala Juan O’Gorman– que sustituyó a esa mística que yo no tenía”.
Para valorar el tránsito de lavieja estética al nacionalismo revolucionario, basta con mirar las primeras cinco portadas de El Maestro, revista que editó la Secretaría de Educación Pública a principios delos años veinte. En su primera entrega, la portada aún no había roto con el Porfiriato: ahí está una patria casi salida de la antigüedad clásica. En la portada del segundonúmero el cambio es notorio, la antigüedad clásica del Viejo Mundo fue sustituida por la del Nuevo Mundo: un escriba maya que aún no lograba distanciarse del ancien régime.
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