El Nacionalismo A Debate. Miller Versus Abascal

Este comentario de texto en torno al nacionalismo parte de dos análisis antagónicos de David Millar (Profesor de Teoría Política en la Universidad de Oxford) y Luís Rodríguez Abascal (Profesor de Filosofía del Derecho de la Universidad Autónoma de Madrid) Los dos textos con los que voy a trabajar están publicados en Alianza Editorial. El del autor británico es el capitulo VII del libro «FilosofíaPolítica: una breve introducción) y lleva por título «Naciones, estados y justicia social» El texto del autor español pertenece a un libro colectivo «El saber del ciudadano. Las nociones capitales de la democracia» y el capítulo que aquí trataremos se titula «La democracia ante el nacionalismo»
Para hacer este comentario valoré dos posibilidades. La primera era resumir la posición de ambosautores por separado, sin embargo me pareció que resultaría más interesante analizar en paralelo las reflexiones de ambos para que el recorrido, necesariamente zigzagueante, mostrara la evidente disparidad de criterios entre ambos y algunos puntos en los que llegan a tener un breve nexo de unión. Intentaré mostrar como en algún momento los dos autores llevan sus argumentaciones hasta posicionesextremas. Por eso, para buscar un lugar de equilibrio entre las posiciones de Miller y Abascal, he decidido incorporar, al final de comentario, la visión del nacionalismo que Javier Jiménez Olmos (Doctor en Paz y Seguridad Internacional y miembro del Seminario de Investigación para la Paz) explicitó en un artículo publicado en el Heraldo de Aragón el pasado ocho de noviembre de 2012.
Abascal no dejalugar a dudas desde el comienzo de su texto. El nacionalismo es una teoría política y como tal la va a estudiar. Así que dejará fuera el elemento emocional y sentimental, un factor que siempre participa en el debate nacionalista, y afirma que el amor por las tradiciones, la lengua propia y las costumbres no son valores exclusivos del nacionalismo.
Miller comienza en lo que podríamos llamar lateoría de las escalas. Miller considera el tamaño de las unidades políticas como un factor muy importante porque “El modo de interactuar con los demás cambia profundamente según vamos ascendiendo de pequeños grupos a grandes sociedades” Miller asigna a la cercanía geográfica de los gobernantes cualidades de buen gobierno. Por eso vuelve, como lo hace a lo largo y ancho de todo el libro, hasta la Sienadel siglo XV dónde Lorenzetti retrató en el cuadro «Alegoría al buen y mal gobierno» Allí comienza Miller su explicación sobre las ventajas de las ciudades-estado, lugares donde los ciudadanos conocían personalmente a sus líderes políticos. En esas pequeñas comunidades políticas donde surgió la filosofía política tal y como la conocemos, de manera especialmente notable en la Atenas clásica y,posiblemente, la mejor oportunidad que se ha tenido de gobernarse bien a sí mismos. El fracaso de este modelo frente a los ejércitos invasores se encarnó a una escala mayor en el estado-nación. Fue entonces cuando la gente tuvo que añadir su condición identidad nacional a la de miembro de una familia o una comunidad. Una identidad nacional, afirma Miller, que “no es una mera ilusión” aunque “también escierto que las naciones elaboran ritos sobre sí mismas” y “muy a menudo surgen del antagonismo frente a algún pueblo vecino” En esta descripción encontramos el primer criterio coincidente entre Miller y Abascal ya que ambos afirman que estos grupos (naciones para Miller, nacionalistas para Abascal) comparten lengua, historia y algunos rasgos populares, pero a partir de aquí los caminos sebifurcan.
Abascal se queja que los filósofos políticos, y cita algunos de ellos incluyendo a Miller, “han hecho poco por aclarara el ideario básico que comparten todos los tipos de nacionalismos”, y después vuelve a recordar que el nacionalismo, como “toda teoría política tiene un componente emocional”, sin embargo su valoración y estudio tiene que hacerse atendiendo a sus ideas, razones y proyectos....