El narrador autoficcional en todas las almas y negra espalda del tiempo, de javier marías
Justo Navarro, prólogo a El pacto ambiguo…, de Manuel Alberca
1. Introducción
La aparición de la autoficción ha desatado polémicas y los teóricos la interpretan de diversas maneras: como una tendencia creativa más de la ficción, como ungénero literario autónomo, como un subgénero de la autobiografía o simplemente como la nueva autobiografía; discuten también acerca de la propia idea de contarse a sí mismo que implican las escrituras del yo: creen que una ficción habla siempre implícitamente de la verdad del autor o la verdad siempre contiene una cuota de ficción o el lenguaje nunca podría permitirle contarse a si mismo. Y así.La mayoría de estas discusiones, lejos de acercarnos a entender esta nueva expresión de la literatura del yo, nos empujan lentamente a introducirnos en el improductivo “enamoramiento” de la forma, tendencia (quizás mejor sería decir “vicio”) de algunos críticos y teóricos literarios, que olvidan que es el contenido el que exige una nueva forma y nunca al revés.
La autoficción tiene suantecedente en la autobiografía y la novela; es la existencia de estos prestigiados géneros lo que nos permite hablar de uno nuevo que los quiebra o los fusiona. Si la literatura es una expresión de la cultura, y la cultura cambia, porque la sociedad se transforma ¿por qué no iba a transformarse la manera de escribir sobre uno mismo?
El teórico que no cae en vicios literarios y da una visión clara yprofunda sobre estos cambios es Manuel Alberca, quien será marco teórico general de toda mi investigación.
El objetivo de este trabajo, si bien tomaré la autoficción como una totalidad, lejos está de pretender analizarla en su conjunto para saldar todos aquellos interrogantes que plantea, sino que procuraré estudiar sólo un aspecto de tantos que la convierte en lo que es: la transgresión de lacategoría convencional de “narrador”.
Este nuevo narrador, vocero del casillero vacío de Lejeune, es por momentos un personaje ficcional y por momentos una persona real o, dialécticamente, los dos al mismo tiempo. Por tanto, el pacto de lectura con el lector ha de ser otro, un pacto ambiguo en el que no se sabe a ciencia cierta frente a quién se está. Es un pacto lúdico, un narrador que no deja dejugar con el potencial lector, que lo confunde y lo va paseando por lugares totalmente nuevos e inesperados.
Pero detrás se esconde algo más que eso: ¿Por qué escribir una autoficción y no una autobiografía? ¿Quién es este nuevo sujeto-autor que decide escribirse desde la ficción? ¿Sólo se trata de un juego literario?
Creo que al estar tan ligadas en este asunto la realidad y la ficción, lomás probable es que tenga mucho que ver la realidad de un autor a la hora de decidirse por la autoficción, un autor que se inscribe en un contexto con determinadas características y dentro del que juega un rol particular.
La literatura, como expresión de la cultura, dice mucho más de la realidad de lo que aparenta o de lo que algunos pretenden que aparente. Esa realidad es nuestra cultura, enla que predomina el pensamiento postmoderno, determinante de buena parte de las realizaciones artísticas de los últimos años. Al no poder extenderme sobre este tema en el presente trabajo, sólo quisiera apuntar algunas cuestiones.
Primero, el escepticismo y el relativismo reinantes, triunfo del postmodernismo, que erróneamente son considerados como apertura y tolerancia sociales y que en realidadson sólo la enunciación de problemáticas vacías que, lejos de proponer una solución superadora, apuntan de alguna manera a la desmovilización social. Segundo, el publicitado culto al yo, el fenómeno de hiperindividualización, acompañado de la amnesia histórica y del desentendimiento de los problemas clave de la realidad. El producto de esta visión de mundo es, en parte, la necesidad de...
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