el nazi y el judio

El nazi y el judío
Esta historia comienza con una mañana lluviosa, un anciano de unos 70 años, tez blanca ojos grises con un pesar en su mirada, su nariz arrugada por los años, se nota que fue un joven atractivo, solo que los años le cobran la factura, está mirando las gotas de agua que chocan contra la ventana principal del asilo “La casa de las lunas”, su mirada está perdida, el tiempo pasafrente a sus ojos como si no importara nada, la sala de estar de color azul celeste está totalmente fría y desolada, es como si cualquier sentimiento de felicidad o tranquilidad fueran succionados por el color de la pared transportándolos a un páramo helado confinados a morir. Por un momento su mirada se fija en el té de la mesa de centro que esta frente a él, sus pulmones exhalan un suspiroprofundo para después continuar con su mirada fija en el vidrio, hasta que la suave voz de la enfermera de unos 25 años interfiere en ese lúgubre ambiente, le indica que es hora de tomar su medicina, deposita un pequeño recipiente de plástico blanco en la mano del anciano, acto seguido el, las mete en su boca para después tragarlas con dificultad con él te que aún no estaba del todo frio , se recuestaen el sillón y cierra los ojos.
Cuando los abre de nuevo ya es la última hora de la tarde, y un periodista está sentado frente a el con una libreta y un bolígrafo, lo que el espera, es que por fin el señor Alexis pueda contar lo que vivió en ese campo de concentración que fue llamado Auschwitz Birkenau, ambos se enderezan en el sillón y Alexis comienza con una voz ronca pero firme.
Hace 30 añosatrás cuando aquel anciano era joven e indomable, sus ojos verdes aceituna que irradiaban vida, sus manos eran fuertes, podía permanecer erguido y tenía un cabello dorado, su vida era simple, era un judío , aunque su familia era poderosa y tenía mucho dinero, eso no importo mucho cuando los nazis invadieron Polonia en el año de 1939, su familia trato de conservar sus aretes y joyas justo antesde que irrumpieran los nazis en su casa, metiendo sus anillos y diamantes en migajas de pan para tragarlos, y después tener algo de valor con que sobornar a algún secretario para poder comprar una mejor estadía en cualquier lugar que fueran a parar. Sus padres y el se separaron en cuanto subieron al tren, la multitud de gente que se empujaba, gritaba y corría huyendo de los disparos, el vagón teníaun olor a sangre , carne podrida, infecciones, tristeza, desesperación, angustia y mucho sufrimiento humano, costaba imaginar cuantas almas ya habrán pasado por ahí en un peor estado, al llegar a su destino se dio cuenta que ni todo el dinero del mundo podía salvar a un judío en esa situación, al llegar pasaban lista de cada uno de ellos , los pesaban, y hacían un registro meticuloso de lamercancía, después del registro, pasaban a un pequeño cuarto donde les tatuaban un número de residentes en el brazo, Alexis dejó de usar ese nombre y se convirtió en 213, si te atrevías a usar tu nombre en presencia de un nazi, eras fuertemente castigado, los días pasaban y todo se volvía rutina, les hacían pruebas médicas para comprobar su estado de salud, y raramente los que se encontraban en peorescondiciones, iban a un cuarto amplio con la promesa de ser bañados con agua tibia y ser tratados especialmente, y después los dejarían en libertad, lo extraño comenzaba cuando de ese cuarto salían gritos desgarradores, para después ver las chimeneas encendidas y funcionando a todo lo que daban, el problema no era donde respirabas, si no a quien estabas respirando. Casi no parecía que había pasadoya 1 año, Alexis trataba de pasar inadvertido, hacia sus tareas de rutina, y para romper con la monotonía de los días, le gustaba tararear una pequeña canción de cuna, un buen día, mientras el sol había salido a todo lo que daba y los nazis les permitieron un tiempo de esparcimiento a los judíos, Alexis tarareaba en un rincón de la barraca la canción de cuna, estaba tan inmerso que no se dio...