EL NI O DE LA CUEVA

EL NIÑO DE LA CUEVA
Titán era un niño que vivía en una pequeña aldea algo pobre. Titán era muy aventurero, tenía 13 años pero a pesar de que le apasionaba toda clase de aventuras, no tenía amigos, pero el decía que no los necesitaba, ¿para qué estar pendiente de ellos, pudiendo hacer lo que quisiera estando solo?.

Un día Titán se levantó repleto de energía y con ganas de emprender alguna nuevaaventura. A Titán le encantaba recorrer las pequeñas cuevas que se encontraban en las montañas. Esas cuevas eran seguras, repletas de silencio humano, en ellas se hallaba una gran tranquilidad. Allí Titán se quedaba horas y horas hasta que anochecía.
Pero ese día Titán pensó hacer algo nuevo, así que subió hacia las cuevas y empezó a divagar sin un rumbo fijo. Todo le parecía tan interesante yapasionante al cabo de un rato Titán se sentó a descansar en una roca. Aquello le parecía un lugar maravilloso, extraordinario, todo era tan bonito…
Titán se quedó pensando en que nunca había visto ese lugar, ¿cómo no se le había ocurrido antes?  De repente Titán  se fijó que en la montaña había una pequeña gruta, bastante pequeña pero lo suficientemente grande para que el pudiera pasar. Titán no selo pensó dos veces y se adentró en busca de aventuras. La gruta era bastante oscura pero mientras más se adentraba, más se iluminaba. Parecía un lugar en el que nunca había pasado nadie. Incluso durante un momento, a Titán tanto silencio le pareció escalofriante, pero no se detuvo y siguió hacía delante, pensó que si el no exploraba ese lugar, ¿quién lo iba a hacer?
Al cabo de los minutos pasopor un arco que parecía una puerta. Delante había unas escaleras que bajaban hacía un gran patio lleno de plantas en forma de laberinto. Titán se quedó extrañado, ¿cómo iba a haber vida en medio de la soledad? Titán pensó si adentrarse en el laberinto o no. Pero el sabía que si no entraba, se arrepentiría. Titán emprendió el trayecto hacia el laberinto. Todo era tan bonito, había todo tipo de floresy plantas, todo estaba tan colorido, olía todo tan bien… Todo parecía haber sido sacado de un cuento de hadas, parecía un bello sueño.
Titán fue recorriendo diversas partes del laberinto hasta que se dio cuenta de que no recordaba el camino por el que había venido. Titán quería llorar pero pensó que no merecía la pena, no había nadie, se había perdido, nadie lo escucharía…
Titán decidió sentarseen un rinconcito del suelo a descansar e intentar tranquilizarse. Era tarde , Titán sabía que debía volver a casa, pero, ¿cómo? ¿cómo salía de allí?
Titán escucho un ruido, ¿qué seria? Miro hacia la derecha y la vio. Era tan bella, pero, ¿esto era un sueño? No podía ser. Él sabía que las ninfas no existían, pero ella estaba allí, frente a sus ojos. Titán no sabía que decir, se quedó sin palabras.Ella le pregunto  que el que le pasaba y Titán le respondió que se había perdido y no podía salir de aquel lugar. La ninfa le dijo que ella le podría ayudar, pero solo con una condición. Que encontrase en el laberinto una rosa amarilla. Titán dijo que eso era imposible, había miles de flores pero él no había visto ninguna rosa amarilla. ¿Pero qué iba a hacer? Era buscar la rosa o no hacer nada.Titán levanto el ánimo y se puso en ello. Empezó a buscar camino por camino. Vio flores tan bonitas, flores que jamás había visto. Titán cogió una de cada clase que veía, hizo un gran raño de flores, tenía tantas, eran de tantos colores, olían tan bien. Al cabo del rato Titán estaba cansado, se puso triste, nunca iba a encontrar aquella rosa. Había recorrido tantos caminos. ¿Cómo podía ser aquellotan grande? A Titán le resbalo una lágrima por sus mejillas. No podía aguantarlo más, necesitaba llorar, se sentía tan solo… ¿Que iba a hacer ahora? Nunca encontraría la rosa. Las lágrimas de Titán llegaron al suelo, y de repente como si fuera magia en el suelo empezó a crecer algo, poco a poco, muy despacio…
Titán no lo podía creer, aunque después de lo que había visto, ¿por qué no creerlo?...