El Nombre De La Rosa

El nombre de la rosa

El nombre de la Rosa (The Name of the Rose) Jean-Jacques Annaud, 1986

El monje Berengario que está sumido y asombrado leyendo un libro especialmente prohibido en la biblioteca de la abadía, se siente repentinamente aquejado de dolores terribles. Se le ocurre tomar un baño calmante a base de hojas de lima en una imponente bañera, pero al poco da muestras de ahogamiento.Vemos al hermano Berengario, tremendamente gordo, desnudo en la bañera, en medio de espantosas contorsiones gesticulando grotescamente antes de expirar. 

Cuando Fray Guillermo de Baskerville (Sean Connery), una especie de Sherlock Holmes de la Edad Media, sin cachimba pero con el abrigo igual de largo, examina el cadáver  observa que  la falangeta del dedo índice de la mano izquierda y la puntade la lengua están ennegrecidas. Y es así como empieza a entender el enigma de los crímenes que se están cometiendo desde hace tiempo en la abadía.

Los acontecimientos que conducen a la muerte del monje Berengario en la bañera, tienen que ver con el sentido profundo de esta hermosa película. De forma tal que para entender esta muerte en bañera es necesario referirse al precioso significado dela película  -y de la admirable novela del incomparable Humberto Eco. Pues bien, a partir del estudio del cadáver de Berengario y de las minuciosas investigaciones llevadas a cabo antes y después de tantas muertes inexplicables, Guillermo concluye su trabajo exponiendo al abad del monasterio el resultado de las mismas:

-El único zurdo de vuestra comunidad era el hermano Berengario, ayudante delbibliotecario ¿Pero a qué clase de conocimiento secreto pudo haber tenido acceso?
-Tengo la sensación de que estáis a punto de decírmelo.
-Libros. Libros prohibidos. Libros espiritualmente peligrosos. Todos en la abadía conocían la pasión de Berengario  por los libros. Cuando el bello Adelmo quiso leer un libro prohibido, Berengario ofreció a Adelmo la clave cifrada si le pagaba con favoresantinaturales.
-¡Basta Fray Guillermo!
-Adelmo accedió sometiéndose a los lujuriosos requerimientos de Berengario. Pero luego, atormentado por el remordimiento, vagó lloroso y desesperado hasta el cementerio donde se encontró con el traductor de griego.
-¿Cómo podéis saberlo?
-Hubo un testigo, ese que llaman El Jorobado, que vio a Adelmo entregarle el pergamino a Venancio y luego correr hacia lapequeña torre y arrojarse por la ventana. La noche de mi llegada, mientras Berengario mortificaba sus pecadoras carnes, Venancio, ayudado por las instrucciones cifradas del  pergamino, se dirigía hacia la biblioteca prohibida donde encontró el libro. Se lo llevó a su mesa delescriptorium y comenzó a leer. Después de garabatear esas misteriosas anotaciones, murió con una mancha negra en el dedo. Elayudante del bibliotecario descubrió el cadáver y lo arrastró hasta las pocilgas para evitar que las sospechas cayeran sobre él, pero dejó su autógrafo tras él (vemos ahora una huella del zapato en la nieve idéntica al zapato que llevaba Berengario). El libro se quedó en la mesa del traductor. Berengario volvió  allí anoche y después, aquejado de dolores terribles, intentó tomar un baño calmantede hojas de lima, y se ahogó. Y también tenía un dedo ennegrecido. Los tres hombres murieron a causa de un libro  que mata o por el cual los hombres matan. Por tanto os suplico que me concedáis acceso a la Biblioteca.

Pero el abad encuentra una magnífica excusa para desentenderse de los clarividentes argumentos de fray Guillermo cuando le anuncian que acaban de llegar el enviado especial delPapa acompañado por Bernardo Gui, el más célebre de los inquisidores.

El inquisidor encuentra rápidamente la manera de acabar con los crímenes que se están cometiendo en la abadía, quemando graciosamente en la hoguera a tres inocentes acusados bonitamente de herejía. Obligado a declarar, Fray Guillermo insiste que ninguno de los acusados tiene nada que ver con los asesinatos:

-Pero mi señor...