El ojo y el espiritu, libro completo
EL OJO Y EL ESPIRITU
ediciones
PA1DOS
Barcelona
Buenos Aires
T itu lo origin al: L 'Oeil et l'esprit
P u b lic a d o en fra n cés por E d itio n s G a llim a r d . P aris
T r a d u c c ió n d e Jorge R o m e r o B rest
Cubierta de Julio Vivas
i." reimpresión en España, 1986
® Éditions Gallimard 1964
© de todas las ediciones en castellano.Editorial Paidós, SA1CF:
Defensa, 599; Buenos Aires.
© de esta edición.
Ediciones Paidós Ibérica, S. A.
Mañano Cubi, 92; 08021 Barcelona.
ISBN: 84-7509-365-5
Depósito legal· B-43.833/1985
Impreso en Romanyá/ Valls, S- A,;
Verdaguer. J; Capellades (Barcelona)
Impreso en España - Printed in Spain
“ Lo que intento traducir para
ustedes es más misterioso, se
enreda con las raíces mismas delser, en la fuente impalpable de
las sensaciones.”
J. Gasquet: Cézanne
La ciencia manipula las cosas y renuncia
a habitarlas. Saca de ellas sus modelos inter
nos, y operando con esos índices o variables
las transformaciones que su definición le per
mite, no se confronta sino de tarde en tarde
con el mundo actual. Ella es, siempre ha sido,
ese pensamiento admirablemente activo, ingenioso, desenvuelto, ese prejuicio de tratar
a todo ser como “objeto en general”, es de
cir, a la vez como si no fuera nada para nos
otros y sin embargo estuviese predestinado
para nuestros artificios.
Pero la ciencia clásica conservaba el sen
timiento de la opacidad del mundo, al que pre
tendía alcanzar con su¿ construcciones; he
aquí por qué se creía obligada a buscar un
fundamentotrascendente o trascendental para
sus operacior.es. Ahora hay esto completa
mente nuevo —no en la ciencia, en una filo
sofía de las ciencias bastante extendida—
de que la práctica constructiva se considera
autónoma y como tal se da, y que el pensa
miento se reduce deliberadamente al conjunto
de las técnicas de aprehensión que inventa.
P ensar es ensayar, operar, transformar, con
laúnica reserva de un control experimental
en el que no intervienen sino los fenómenos
altamente “trabajados”, y que nuestros apa
ratos más bien producen que registran. De
donde proceden toda clase de tentativas va
gabundas. Nunca como hoy la ciencia ha sido
tan sensible a los modos intelectuales. Cuan
do un modelo tiene éxito en un orden de pro
blema, ella lo ensaya en todas partes.. Nuestra embriología, nuestra biología, están llenas
de gradientes, s in que se vea con justeza có
mo se distinguen de lo que llamaban los clá
sicos orden o totalidad, pero la cuestión no
se plantea, ni debe serlo. El gradiente es
una red que se tira al mar sin saber qué reco
gerá. O también la delgada rama- en la que
se harán cristalizaciones imprevisibles. Esta
libertad de operación estáciertamente en car
mino de superar muchos dilemas vanos, siem
pre que de cuando en cuando se.haga un
alto, preguntándose por qué la herramienta
funciona aquí y fracasa allí; en- una palabra,
que esta ciencia fluyente se comprende a sí
misma, se ve como una construcción sobre la
base de un mundo en bruto o existente, y no
reivindica para sus operaciones ciegas el
valor constituyente quelos “conceptos de la
naturaleza” podían tener en una filosofía
idealista. Decir que el mundo es el objeto X
de nuestras operaciones, por definición nomi
nal, es llevar a lo absoluto la situación de
conocimiento del sabio, como si todo lo que
fue o es siempre hubiera sido para entrar en
el laboratorio. El pensamiento “operacional”
viene a ser una especie de artificialismo ab
soluto,como se ve r>n la ideología cibernética,
en que las creaciones humanas son derivadas
de un proceso natural de información, pero
él mismo concebido conforme al modelo de
las máquinas .humanas.. Si este género de
peosamiento aer hace cargo del* hombre y la
historia, y si fingiendo ignorar ;lo que sabe
mos de ellos por contacto y posición, tra ta de
construirlos a p artir de algunos...
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