El Ollantay

UN PERRO EN CASA
No he visto una mirada más triste que la de este perro echado frente a mí, con la trompa adelantada sobre el piso, las orejas caídas como lechugas marchitas, yponiendo los ojitos para arriba como un condenado suplicándome algo, antes de morir: que lo saque un ratito al parque, que le sobe suavecito detrás de las orejas, sí, justito ahí; o talvez pidiéndote disculpas por haber estado tan alharacoso con mis ladridos, justo ahora que te pones como loco porque no avanzaste ni una línea de lo que deseabas escribir. Lo miro bien,nos miramos bien, y caigo en la cuenta de que entre este perro y yo, hay una especie de cordón umbilical, un diálogo concreto y silencioso hecho de sentimientos mutuos, inquietantes,que saltan de sus ojos para aposentarse en los míos. Ambos nos sentimos como estancados, hartos de permanecer todo el día en el mismo lugar, sólo que a él a veces lo vienen a ver susamigos, apaga el computador y me deja encargado de la casa. Entonces soy yo el que toma las riendas, enciendo el computador y me pongo a teclear palabras y más palabras hasta que lo oigovenir, solo, magullado, y con el rabo entre las patas.
Hasta que él llega, y me encuentra haciéndole tranca a la
Suspendiendo los dedos sobre el teclado me he quedado mirándolo,parece la
Hoy amaneció un perro en casa. Me levanté a eso de las ocho. Me fui a la cocina y encontré en el refComo suelo decir a veces en joda, pero siempre en serio: no me gustan losperros por no me gusta la competencia. En general, no me gusta ninguna clase de animales conviviendo con personas. Ellos tienen sus propios asuntos y los solucionan a su modo
, sobretodo si esta pose te la muestra minutos después de haberle dado una pateadura por ser tan alharacoso con sus ladridos.
Nada como eso, lo saben hacer muy bien. Y tú, que antes