El origen del Mal
Lucifer ha sido por mucho tiempo un objeto de estudio de filósofos y teólogos europeos. Tras su figura se esconden preguntas que hasta ahora no han podido ser descifradas correctamente. Para algunos, la cuestión de Lucifer encierra la esencia misma del mal. En efecto, si partimos de la base que el Dios judeo-cristiano es una entidad omnipresente, todopoderosa y comprensiva,queda inconclusa la razón por la cual permite el nacimiento de un ser destinado por su voluntad de poder a la corrupción . Algunos autores verán en este gesto, la inferioridad del mal con respecto al bien por constituirse como su más acérrima negación. Según esta vertiente, el mal no puede constituirse como tal sin el bien mientras que éste último tiene independencia ontólogica. Por el contrario,habrá quienes critiquen realmente la existencia de Dios como potencia espiritual y hasta algunos que cuestionen inexorablemente sus intenciones o su poder (Bernstein, 2006). No es extraño, incluso, observar que los orígenes etimológicos en cuanto a la conceptualización del mal difieren según el rol que éste ocupa en la vida e historia de los hombres. Cuando Lucifer se encuentra avocado a laprotección del “monte sagrado” se lo denomina (Luzbel) o portador de la luz, pero cuando se transforma en opositor al régimen de Dios se lo llama Satanás, que significa “el adversario” .
Por ello considero que mi punto de vista se enfoca hacia San Agustin frente a la doctrina maniquea, que afirmaba la existencia de dos principios creadores, antitéticos y en eterna lucha —Ormuz, el dios del bien o de laluz, y Ahriman, el dios del mal o de las tinieblas—, el santo de Hipona reacciona negando sustancialidad al mal con base en el principio metafísico de la incorruptibilidad divina: si Dios no se puede corromper, entonces tampoco puede recibir ningún daño, así que carece de sentido combate alguno. Todo lo que es, en cuanto creado por Dios, posee también la cualidad de la bondad. Es decir, todo lo quees, es bueno: quaecumque sunt, bona sunt [Confesiones: VII, 12]. Si las criaturas se corrompen, es precisamente porque participan a la vez de la bondad y del ser, de manera que su corrupción no sólo les quita el bien, sino también el ser.
Estos razonamientos sirven para analizar primordialmente el problema del mal físico. Sin embargo, a San Agustín le interesó sobre todo el problema del mal...
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