El país de uno (ensayo)
Páginas: 3 (628 palabras)
Publicado: 27 de noviembre de 2011
“Mi ciudad es la cuna
de un niño dormido,
en un bosque de espejos
que cuida un castillo,
monumentos de gloria que velan su andar.”
Lola Beltrán.Se puede escuchar en la sobremesa, en el sutil susurro de las calles vacías, en la radio, se lee en los periódicos, se siente como sentencia dictada desde hace ya tiempo atrás; México tiene quecambiar, y con México no trato de hacer alusión al territorio, tampoco a sus edificios, que tienen muchas cosas por contar. Cuando digo México me refiero a las personas que lo habitamos y que hacemos de élnuestro diario caminar.
Durante mucho tiempo hemos hecho caso omiso de las advertencias que se nos han ido presentando, pensando que “hay que darle tiempo al tiempo”, las señales han sido más queclaras, nuestro más que cacareado sistema político del “cambio” (y el anterior también) no han sido otra cosa que una maraña de burocracia, engaños y corrupción. La matanza en Tlatelolco, la falta decontrol sobre el narcotráfico, la lucha de poderes e intereses que siempre ha estado latente desde que el mundo es mundo, esos son los síntomas inequívocos de que el país necesita nuestra atención.Somos esclavos de nuestro propio conformismo, no queremos ver más allá de lo que se nos presenta, nos da flojera sentarnos a analizar la realidad de nuestro país, cuáles son los intereses que semueven tras todas las balaceras y detenciones de narcotraficantes. Si se quiere dejar de ser parte de la población que ve a nuestro país de ésta forma podemos empezar leyendo, alimentando el intelecto.Denise Dresser (politóloga mexicana) en su libro “el país de uno” nos muestra un panorama muy amplio sobre la situación política de México como país y como sistema de poca funcionalidad práctica. Acontinuación me permitiré hacer un breve análisis de los 4 primeros capítulos del mismo.
La tarea que nos toca.
Como mencioné anteriormente, es labor de todos los que habitamos y nos sentimos...
de un niño dormido,
en un bosque de espejos
que cuida un castillo,
monumentos de gloria que velan su andar.”
Lola Beltrán.Se puede escuchar en la sobremesa, en el sutil susurro de las calles vacías, en la radio, se lee en los periódicos, se siente como sentencia dictada desde hace ya tiempo atrás; México tiene quecambiar, y con México no trato de hacer alusión al territorio, tampoco a sus edificios, que tienen muchas cosas por contar. Cuando digo México me refiero a las personas que lo habitamos y que hacemos de élnuestro diario caminar.
Durante mucho tiempo hemos hecho caso omiso de las advertencias que se nos han ido presentando, pensando que “hay que darle tiempo al tiempo”, las señales han sido más queclaras, nuestro más que cacareado sistema político del “cambio” (y el anterior también) no han sido otra cosa que una maraña de burocracia, engaños y corrupción. La matanza en Tlatelolco, la falta decontrol sobre el narcotráfico, la lucha de poderes e intereses que siempre ha estado latente desde que el mundo es mundo, esos son los síntomas inequívocos de que el país necesita nuestra atención.Somos esclavos de nuestro propio conformismo, no queremos ver más allá de lo que se nos presenta, nos da flojera sentarnos a analizar la realidad de nuestro país, cuáles son los intereses que semueven tras todas las balaceras y detenciones de narcotraficantes. Si se quiere dejar de ser parte de la población que ve a nuestro país de ésta forma podemos empezar leyendo, alimentando el intelecto.Denise Dresser (politóloga mexicana) en su libro “el país de uno” nos muestra un panorama muy amplio sobre la situación política de México como país y como sistema de poca funcionalidad práctica. Acontinuación me permitiré hacer un breve análisis de los 4 primeros capítulos del mismo.
La tarea que nos toca.
Como mencioné anteriormente, es labor de todos los que habitamos y nos sentimos...
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