El Pacto De Los Lobos
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LAS CRÓNICAS DEL LOBO I
EL PACTO DE LOS LOBOS
Dedicado a mi familia y amigos; a Happy, el mejor perro que haya existido; y a Emmi, la mejor (y más brillante) perra que existe en este momento
ÍNDICE
PRIMERA PARTE LOS LOBOS 4
Prólogo 5
Capítulo I 9
Capítulo II 18
Capítulo III 29
Capítulo IV 39
Capítulo V 50
CapítuloVI 62
Capítulo VII 73
Capítulo VIII 81
Capítulo IX 91
SEGUNDA PARTE: LOS HUMANOS 103
Prólogo 104
Capítulo X 108
Capítulo XI 117
Capítulo XII 124
Capítulo XIII 131
Capítulo XIV 142
Capítulo XV 155
Capítulo XVI 166
Capítulo XVII 174
Capítulo XVIII 179
Capítulo XIX 189
Capítulo XX 201
Epílogo 205
Agradecimientos 206
RESEÑA BIBLIOGRÁFICA 209[pic]
Prólogo
Hace 40000 años
La temperatura bajó. La temperatura bajó tanto, cuentan las leyendas, que los conejos se escondieron bajo tierra durante lunas, el ciervo comenzó a vivir en cuevas y los pájaros caían del cielo con las alas congeladas en pleno vuelo. Hacia tanto frío que el aire se cristalizaba ante los lobos del Gran Valle mientras cazaban. Cadabocanada de aire quemaba sus pulmones, y ni siquiera su espeso subpelo los protegía. Los lobos están hechos para el invierno, pero aquel era un invierno que superaba a todos los lobos. El Sol siempre estaba lejos de la Tierra, y la Luna, antes un faro resplandeciente, ahora estaba helada y oscura.
El rey de los cuervos dijo que era el invierno del fin del mundo; que duraría tres años y que habíasido enviado para castigar a quienes desoían la voluntad de los Antiguos. Todo lo que Lydda sabía era que tenía hambre y que su manada no podía cazar.
Lydda se alejó de su familia sin molestarse en seguir los rastros de roedores y liebres que encontraba por el camino. Takiim, el jefe de la manada, les había dicho que se había terminado la caza, que los ciervos que corrían por el Gran Valle erandemasiado escasos y la manada estaba demasiado débil para atrapar los pocos que quedaban. Ahora simplemente esperaban a que el frío supremo de la muerte reemplazara al frío del aire. Lydda no pensaba esperar. Se había alejado de sus compañeros, y especialmente de los cachorros con los huesos claramente visibles a través de la piel y ojos de hambre. Era obligación de todos los lobos de la manada,incluso de una joven como Lydda, cuidar de los cachorros, y si Lydda no podía hacerlo no merecía que la llamasen loba.
Incluso la ligera capa exterior de pelo le pesaba demasiado mientras se esforzaba por avanzar por los grandes montones de nieve. Los cuervos volaban sobre su cabeza y deseó tener alas que la llevasen hasta la llanura de caza. Lydda estaba buscando el ciervo más grande y fieroque pudiese encontrar para desafiarlo y luchar con él hasta la muerte. Sabía que con lo débil que estaba sería ella quien muriese.
Lydda llegó a la cima de la colina nevada que dominaba la llanura de caza y se dejó caer sobre su vientre, jadeando. De repente se puso en pie con el pelo marrón claro erizado. Había olido un humano y sabía que debía mantenerse a distancia, porque antiguas leyesprohibían que los lobos y los humanos se juntasen. Entonces no pudo evitar reírse de sí misma: ¿de qué podía tener miedo? Era la muerte lo que buscaba; quizá los humanos la ayudarían con su objetivo.
Quedó decepcionada cuando se encontró con él, con la espalda apoyada en una roca, llorando. Como ella, era muy joven. Tenía un aspecto tan amenazador como un cachorrillo de zorro. Estaba flaco yhambriento como las demás criaturas del valle, y el palo largo y mortal que llevaba su gente estaba tirado a su lado, inocuo. El humano levantó la vista cuando ella se acercó, y Lydda vio en sus ojos miedo, luego resignación y luego bienvenida.
—¿Has venido por mí, lobo? —preguntó él—. Llévame, pues. No puedo llevar comida a mis hambrientas hermanas y hermanos porque estoy demasiado débil...
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