El Papa
Diálogo entre Francisco y el fundador de La Repubblica Eugenio Scalfari: "La Iglesia tiene que sentirse responsable tanto de las almas como de los cuerpos". Y dice: "Los Jefes de la Iglesia a menudo han sido narcisistas, adulados y malamente excitados por sus cortesanos. La corte es la lepra del papado"
de EUGENIO SCALFARI
01 ottobre 2013
Me dice el PapaFrancisco: "Los más graves entre los males que afligen al mundo en estos años son el paro de los jóvenes y la soledad en que son dejados los viejos. Los viejos tienen necesidad de cuidados y de compañía; los jóvenes, de trabajo y de esperanzas, pero no tienen ni lo uno ni lo otro y lo malo es que ya no lo buscan. Están aplastados en el presente. Dígame Usted: ¿se puede vivir aplastado en elpresente? ¿Sin memoria del pasado y sin deseo de proyectarse hacia el futuro construyendo un proyecto, un porvenir, una familia? Este es, a mi manera de ver, el problema más urgente que la Iglesia tiene que enfrentar.
Santidad, le digo, es un problema principalmente político y económico, les concierne a los Estados, a los Gobiernos, a los partidos, a los sindicatos.
Por supuesto, Usted tiene razón, perole concierne también a la Iglesia; es más, le concierne sobre todo a la Iglesia porque esta situación no hiere solo a los cuerpos, sino también a las almas. La Iglesia tiene que sentirse responsable tanto de las almas como de los cuerpos.
Santidad, dice Usted que la Iglesia tiene que sentirse responsable. ¿Tengo que deducir entonces que la Iglesia no es consciente de este problema y que Usted laestá animando para que vaya hacia esa dirección?
En buena medida esta conciencia existe, pero no lo bastante. Yo deseo que sea más consciente. No es este el único problema que tenemos por delante, sin embargo es el más urgente y el más dramático.
El encuentro con el Papa Francisco tuvo lugar el pasado martes en su residencia de Santa Marta, en un pequeño cuarto austero, una mesa, cinco o seissillas, un cuadro en la pared. Antes, una llamada de teléfono que no olvidaré en mi vida. Eran las dos y media de la tarde. Suena el teléfono y la voz bastante turbada de mi secretaria me dice: "Tengo al Papa en línea, le paso con él de inmediato".
Me quedo asombrado mientras ya oigo la voz de Su Santidadal otro lado del hilo, diciendo: "Buenos días, soy el Papa Francisco". Buenos días, Santidad,contesto yo, y luego "estoy estremecido, no esperaba que Usted me llamara". "Estremecido ¿por qué? Usted me escribió una carta pidiendo conocerme en persona. Yo tenía el mismo deseo y entonces aquí estoy para fijar la cita. A ver mi agenda: el miércoles no puedo, el lunes tampoco, ¿le vendría bien el martes?
Contesto: ¡perfecto!
"El horario es un poco incómodo, las 15, ¿le parece bien? De locontrario, cambiamos de día".
Santidad, el horario también está muy bien. "Entonces estamos de acuerdo: el martes 24 a las 15. En Santa Marta. Tiene que entrar por la puerta del Sant'Uffizio".
No sé cómo terminar esta llamada y me entrego diciendo: ¿puedo abrazarle a Usted por teléfono? "Por supuesto que sí, yo también le abrazo. Ya lo haremos en persona. Hasta luego".
Ahora estoy aquí. El Papaentra y me da la mano, nos sentamos. El Papa sonríe y me dice: "Alguien que le conoce, entre mis colaboradores, me ha dicho que Usted intentará convertirme".
Es una broma, le contesto. Mis amigos también piensan que Usted quiere convertirme.
Sonríe otra vez y contesta: "El proselitismo es una solemne tontería, no tiene sentido. Hay que conocerse, escucharse y hacer que crezca el conocimiento delmundo que nos rodea. A mí me pasa que después de un encuentro tengo ganas de hacer otro porque nacen nuevas ideas y se descubren nuevas necesidades. Esto es importante: conocerse, escucharse, ampliar el círculo de los pensamientos. Las carreteras que recorren el mundo pueden acercar o alejar; sin embargo lo importante es que lleven hacia el Bien".
Santidad, ¿existe una única visión del Bien? Y...
Regístrate para leer el documento completo.