el papel de la familia en el rescate de los valores
La riqueza de un país se mide no sólo por sus bienes económicos, sino sobre todo por la vitalidad de su cultura y los valores de su genteparaarmonizar el bienestar individual y el desarrollo de la comunidad.
Cada uno de nosotros, desde su propio hogar, puede contribuir a formar personas íntegras que hablen con la verdad, actúenconhonradez y se conduzcan con rectitud. Los seres humanos nos educamos, primeramente, en familia. Allí aprendemos, o deberíamos aprender, a colaborar, compartir, respetar las reglas, afirmar la verdadydistinguir lo que está bien de lo que está mal según las pautas de nuestra cultura. En familia se transmiten valores, allí aprendemos a conducirnos y a formar nuestro criterio.
Esta formaciónsecompleta con lo que aprendemos en la escuela, en los grupos de amigos, en el trabajo y el vecindario, a través de la lectura y de los medios de difusión. Pero es, sin duda, en la familia donde seofrecenlas bases y se procuran los elementos para entender, contrastar, aceptar o rechazar lo que otras instituciones y grupos nos ofrecen.
Con la formación que cada uno de los padres debe proporcionarasus hijos, se dará el primer paso, el mas importante, para sentirnos orgullosos de la sociedad que construimos juntos.
A diferencia de la escuela, los libros o los medios de difusión, quetambiéntienen la función de educar, lo que se adquiere en familia tiene la característica de estar marcado por el afecto. El niño está pendiente de cualquier expresión de amor o rechazo de sus padres. Poresolo que se aprende en la primera infancia deja una huella profunda. En algunos casos funda principios que nos serán útiles toda la vida, en otros siembra prejuicios o actitudes difíciles desuperar.El papel de los padres es precisamente ayudar a sus hijos a entender que hay reglas, normas y valores para convivir, como el respeto por uno mismo y por los demás, la sinceridad y la honestidad,...
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