El papel de las lenguas
La diversidad lingüística de Colombia nos confronta con una realidad compleja, con implicaciones sociales, económicas, culturales y educativas que hasta el momento no se han encarado con suficiente claridad por muchos sectores de la sociedad nacional. El Estado, a pesar de haber promulgado el Decreto 1142 de 1978 relativo a la educaciónbilingüe en las zonas indígenas, y de haber consignado en el texto constitucional de 1991 normas relativas a ella, tiene dificultades para volver operacionales estos propósitos.
Para hablar de la población indígena colombiana y de sus lenguas es preciso distinguir varias esferas, a saber: los hablantes de lenguas amerindias y actores de los diversos procesos en sus comunidades; un segundo grupo que seautodesigna como indígena, mas no es hablante de lenguas amerindias; y un tercer grupo en proceso de autorreconocerse como indígenas que, aunque no hable lenguas aborígenes, empieza a reconocer su valor y el de pertenecer a una comunidad. Esto nos lleva a establecer que ante un indígena podemos tener a un individuo con un bilingüismo activo, con un bilingüismo pasivo o simplemente monolingüe encastellano.
Hablemos primero de ese grupo que ha perdido la lengua vernácula. Éste es un factor que dificulta la consolidación de los procesos de educación propia, ya que la pérdida de la lengua tiene implicaciones en la desestructuración del pensamiento propio. A pesar de ello (de haber perdido la lengua) se ha dado el caso de pueblos que han trabajado en la revitalización de su cultura a partir deotros elementos de identidad y han iniciado procesos organizativos que han llegado incluso a introducir cambios en el papel y pretensiones de la escuela. Podemos citar como ejemplo los pastos (Nariño), los yanaconas (Cauca) o los zenúes (Córdoba). Otros grupos que han perdido su lengua han pretendido recuperarla a partir de muestras del léxico recogidas por misioneros o viajeros. Esta búsquedasurge, probablemente, del valor otorgado a la lengua en los procesos de cohesión y reafirmación política.
En otros grupos la lengua se mantiene viva pero es marginal debido a diferentes factores, tales como el tamaño del grupo, las posibilidades de utilizar efectivamente la lengua como vehículo de comunicación más allá de un pequeño grupo (familiar o microlocal); allí el proceso de desestructuracióncultural es intenso y se incrementa debido la presencia centenaria de las misiones religiosas y sus escuelasinternados "civilizadores", aunado a las migraciones obligadas por colonos y explotadores de recursos naturales. Hoy la agresión continúa y se incrementa debido a la invasión de los narcotraficantes, a la presencia de fuerzas armadas (Estado, guerrillas, paramilitares), amén de lacolonización campesina.
En los otros grupos la lengua se mantiene viva y es utilizada activamente dentro de las comunidades. Sin embargo, es necesario aclarar que en este punto hay diferencias importantes en las más de 60 lenguas supérstites; mientras los wayuus y los paeces superan los 100.000 hablantes activos, encontrarnos más de 30 grupos que no llegan a los 5.000 hablantes, lo cual coloca a Colombiaen una situación particular. En los grupos más activos y más organizados se han dado procesos que buscan la ampliación del radio de acción de la lengua y su uso en situaciones donde antes era utilizada la lengua de la sociedad dominante, el castellano. Éstos son los grupos que han luchado por lograr que las lenguas minoritarias pasen del papel de lenguas sometidas a lenguas en igualdad decondiciones y son precisamente ellos quienes han impulsado con más ahínco la revaloración y revitalización de las lenguas vernáculas. Se evidencia la relación que existe entre el desarrollo de autonomía política y la implementación de proyectos educativos más coherentes y apropiados.
En las condiciones descritas es claro que la conciencia de proteger y valorar las lenguas indígenas es una necesidad...
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