EL PAÍS DE UNO

El país de uno
Denise Dresser
Felicidades DENISE DRESSER, recién terminé de leer tu libro “EL PAÍS DE UNO” y del pasmo a la rabia
uno no tiene calma ni reposo. Hay pocas cosas con las que puedo discrepar y en todo caso hablamos de
matices, que, sin embrago, me interesa compartir y sería un honor que te tomaras la molestia de
devolverme algún comentario a algunas notas que en base a tu textotomé.
Todas las clientelas que el priísmo prohijó y que luego las oposiciones gobernantes no han querido tocar ni con el pétalo
de una rosa, sino que se han beneficiado igual que como lo hace el PRI. No dejaría de lado el que se revisaran los
efectos nocivos que los programas de “lucha contra la pobreza” pudieran estar causando al fortalecer o crear una
sociedad aún más dependiente de losprogramas asistenciales. Hablo del daño en la psique y quizá habría que hablar
más bien de identificar “la filosofía” que sustenta dichos programas.
Quisiera creer que la inmensa mayoría de los mexicanos califican dentro de la categoría que aludes como “ciudadanos
vasija” y que le llamo “sociedad pediche”. Si lo anterior se confirmara, ¿cómo es que queremos que participe? Primero
necesitamosdesmontar el andamiaje que hace posible su existencia y en eso sí que nos enfrentaríamos a un reto aún
mayor. En eso no creo que estén de acuerdo muchos porque tenemos una confusión, en el mejor de los casos, bien
intencionada, pero confusión al fin, al idealizar al “pueblo”, a la “sociedad”, “lo público”, “el bien común”.
Buen tema para analizar y debatir. Es de mi mayor interés este punto al gradode considerarlo fundamental para el
tránsito a un México realmente moderno, más justo y competitivo. No terminaremos con la corrupción si no le quitamos al
Estado las responsabilidades que le hemos asignado. No habrá asunción de responsabilidades de la población, de la
ciudadanía, si seguimos fortaleciendo los programas asistenciales.
¿No habrá un contrasentido en la esencia de los programasasistenciales y la política de “lucha contra la pobreza” y que
realmente no estén diseñados para terminar con ella sino para perpetuarla al ser el botín de tantos: partidos, candidatos,
líderes, beneficiarios?
¿Por dónde empezar a desbrozar el camino? No hemos sido capaces de salirnos del “carril” en el que nos ubicó la
colonización en el concierto mundial.
Centrar nuestra competitividad enla miseria es en sí mismo una aberración, una apuesta depredadora que pronto
termina y nos arroja al basurero, sin posibilidad de nada. Pero, no veo cómo podamos lograr la competitividad que la
globalización demanda si adoptamos como sistema la protección del trabajo por encima del capital, revirtiendo el modelo
actual, que sugieres un problema a vencer. Por otra parte, ¿Cómo invertir más eneducación con el sistema educativo
actual anclado en los intereses del SNTE y de la CNTE que no aludes, supongo que la omisión no tiene que ver con filias
hacia tal grupo magisterial que no por decirse de izquierda o haber nacido como antagonista del cacique Jongitud Barrios
se salve de ser también un elemento perverso dentro del sistema educativo y que, por lo menos en los estados en los
quetiene incidencia, termina por ser una más de las lacras a erradicar.
Mucho por reflexionar y romper paradigmas. Más impuestos no dan más productividad. ¿Un Estado que invierta en su
población? ¿Pero si el Estado omnipresente termina siendo un verdadero dolor de cabeza? ¿Aun así habría que seguir
pensando en que sea el Estado el que invierta en “su gente”? ¿Y la corrupción, y el clientelismo, y eladormecimiento de
la población ante las dádivas del Estado, y la actitud pediche, ...?
¿Por fin? ¿Queremos o no queremos que el Estado se haga cargo del bienestar de la población?
Me parece que no hay duda, estamos hablando de un sistema capitalista y lo que habrá que definir es de qué
características ha de ser ese capitalismo de que hablamos. La ideologización del análisis y la crudeza de...