El Peculiar Caso De Los Movimientos Obreros De Los Estados Unidos De Norteamérica

El peculiar caso de los movimientos obreros de los Estados Unidos de Norteamérica

Introducción
Los Estados Unidos de Norteamérica han sufrido de particulares coyunturas temporales y espaciales que han hecho de su historia de movimientos obreros una muy diferenciada de las experiencias en otros países. En la presente monografía se explorará los asuntos que al proletariado norteamericanoconciernen: sus diferencias intergrupales nacionales, pero también sus desigualdades respecto del proletariado inglés. Se atravesará el análisis con la apoyatura de textos de José Miguel Insulza, J. Grevin, y Eric Hobsbawm, cotejándolos a su vez con uno de los relatos del libro “La Huelga General y Otras Historias” de Jack London – “El Sueño de Debs”.

Desarrollo

Divergencias entre el sindicalismoindustrial y el de oficio
La AFL o Federación Americana del Trabajo nace como una congregación que une las distintas pequeñas uniones de obreros especializados, agrupados por oficio, bajo la dirección de Samuel Gompers en 1886. Se puede denominar a la AFL, entonces, como heredera de la anterior Federación de Gremios y Sindicatos.
La peculiar situación norteamericana, que implicaba un grancaudal de trabajadores inmigrantes sin oficio, es decir, sin técnica, hizo que la American Federation of Labor tomara como nudo de inflexión un celoso proteccionismo de las habilidades de los obreros de oficio en contraposición a los inmigrados. Tal y como afirma Insulza: “El punto central de ataque de la AFL fueron los nuevos inmigrantes. […] De este modo, […] el racismo como tema iba apareciendo demodo cada vez más recurrente”. Comenta también respecto a este tema Grevin: “Los primeros sindicatos, […] estaban basados (como lo indica el término inglés) en gremios o corporaciones particulares de la industria y dedicaban la mayor parte de su actividad a la defensa de los intereses de sus miembros, no solamente como obreros de forma general, sino como obreros cualificados. Esta defensa podíallegar hasta la imposición de barreras a la contratación de los obreros que no hubieran terminado el aprendizaje requerido para ejercer cierto oficio, o aún más, […] la limitación de la contratación a los miembros de ciertos sindicatos a los cuales estaban reservados ciertos empleos”. 
Los trabajadores provenientes de países extranjeros aceptaban salarios más bajos a cambio de más horas, complicandola situación actual de los miembros de la Federación: los inmigrantes no calificados se presentaban como enemigos al servicio de los trusts y la mecanización. De esta forma, “[…] la AFL se presentaba como defensora sin reservas del sistema americano[…]. Al hacer esto, la AFL rechazaba toda responsabilidad ante la situación de millones de obreros norteamericanos, poco o no cualificados, que eransalvajemente explotados en las nuevas industrias[…]”. Por este motivo, esta organización se vio frente a dos alternativas: “[…]aceptar la proletarización[…], o buscar acuerdos con las grandes empresas que permitieran, al menos, una medida de control sobre los empleos”. En este escenario, no es extraño pensar en la burocratización de la AFL como un producto del deseo del obrero de poder negociar conlos patronos, para no ser completamente despojado de poder. No debería llamar la atención, entonces, que luego otras organizaciones acusaran a la AFL de simpatizar con el capitalismo. “Ante la perspectiva de empequeñecerse más […], los sindicatos optaron por una política de asociación a través de convenios con la parte patronal que excluían la huelga y fijaban las remuneraciones, a cambio degarantías en sus empleos, contra la mano de obra no calificada”. Para los empresarios, este tipo de acuerdos era también una alternativa para mantener un mayor control sobre la situación: “[…] los empleadores pasaron a ver el tipo de sindicalismo por oficios propiciado por la AFL (el ‘gomperismo’) como una salvaguardia contra los movimientos de base y como una forma de contar con un sector de la...