El perdón de los pecados II

El perdón de los pecados II
En los sinópticos es más propio investigar la naturaleza del pecado partiendo del conjunto y siguiendo los relatos. En el Padre Nuestro, Jesús pronuncia, junto al verbo perdonar, afienai, la palabra deudas que tiene su equivalente veterotestamentario en Eclesiástico 11,15 y que en el salmo 25,8 aparece en su original hebreo como Habah. En el paralelo lucano 11,4aparece amartía, es decir, pecado, no subrayando las diferencias entre los sustantivos sino en el perdón mutuo. Muy unido al concepto de pecado, está el arrepentimiento que supone el reconocimiento, el dolor y el regreso, tal como artística y emotivamente nos lo describe Lucas en sus parábolas de la misericordia. El pecado, en la narración del hijo pródigo, empieza cuando éste reclama su parte con laintención de derrocharla a su antojo, por eso se va lejos eludiendo la vigilancia del padre, ambas acciones en conjunto constituyen un pecado.
Lejos de la casa y sin contar con su ayuda, el hombre queda tirado en su impotencialidad como lo cantan los salmos, pues sin Dios se aflojan todos los retenes de la conducta y falta la dinámica concomitante para una vivencia gozosamente dependiente. Elpecado es pues desobediencia e iniquidad Mateo 7,23; 13,41 y su inmediata manifestación es la soledad y la pobreza, pues al hombre pecador lo lleva a tocar el fondo del sentido de su vida cuando tiene que compartir las algarrobas con la piara de los cerdos. Lo mismo, en otras palabras, nos dicen las otras parábolas: Una moneda perdida, sale de relación de valor, igualmente que la oveja cuya vida giraentorno al hombre. El pecado es también lejanía e irrealización, vivencia sin sentido.
En Juan las designaciones del pecado son más simbólicas y descriptivas pero las constantes alusiones, unidas a la fe expresada con el verbo pistéuo nos van ayudando a entender su concepto. Más allá de los actos singulares, se va a referir a la realidad que los genera, se trata de un poder enfrentado a Dios y asu Cristo. Esta realidad se manifiesta en el repudio voluntario de la luz, pues en los binomios clásicos de Juan el pecado se imagina en la opacidad de las tinieblas 3,19. El pecador se opone a la luz, porque su corazón alejado de la fe vive en la oscuridad, pero también porque todo el que hace el mal odia la luz 3,20, pues teme que se descubran sus malas obras.
Se trata de una ceguera interior ala que se acostumbran los no creyentes, aunque físicamente digan que ven 9,41. En nuestro autor, una tal ceguera sólo se explica por la influencia de Satán cuyo placer es esclavizar a los hombres 8,34. El pecador es hijo del diablo, quien fue pecador desde el principio 1 Juan 3,8-10. Entre estas malas obras Juan pone de relieve el homicidio y la mentira. En el texto de 8,44 nacido en un álgidoencuentro entre el Maestro y los judíos, conjunta el autor ambos pecados adjudicándolos al diablo para señalar su causalidad más remota pero aplicándola ahora a sus interlocutores diciéndoles que su padre era un homicida desde el principio pues le inflingió la muerte al hombre como lo comentará más tarde Sb 2,24, e inspirando a Caín para que matara a su hermano Jn 3,12-15, ahora empuja a los judíos arechazar a Jesús y a quererle matar pues nunca han buscado la luz de la verdad y han vivido en la noche de la mentira 8,39-44.
En los viejos textos del Éxodo hay una hermosa y popular exposición de la misericordia divina. La imagen del Dios celoso se diluye frente a los pecados y se convierte en el Dios del perdón y de la aceptación. En Éxodo 20,5, en la central exposición de los mandamientosdivinos, Dios reacciona entendiendo y perdonando sin dejar de decirles que han cometido un grave pecado.
Antes de la reanudación de la alianza, Moisés lo invoca diciendo: “Yahvéh, Yahvéh, Dios misericordioso y clemente, tardo a la cólera y rico en amor y fidelidad, que mantiene su amor por mil generaciones, que perdonas la iniquidad, la rebeldía y el pecado pero no los deja impunes; que castiga la...