el peregrino
El pequeño corría por las calles del pueblo buscando a quién pudiera ayudarle.- ¡Peregrino!, dónde estás por favor, -¿Qué pasa pequeño?, porqué gritas en una mañana tan calurosa-,dijo el anciano, apareciendo del fondo de un callejón. El desesperado buscador explicó a su amigo que en la plaza del pueblo, estaban unos muchachos de la ciudad molestando al Copo, un joven con retardomental, conocido por todos. -No están los mayores, ni siquiera Don Hernández que podría defenderlo, están en la ciudad en una reunión, solo tú puedes ayudarlo, por favor. -El anciano se enderezó y,apretando la mano en su inseparable bastón, intentó seguirle el paso al pequeño.
El Copo Era hijo de Carmen, una joven abandonada a su suerte que, a consecuencia del terrorismo, llegó a la zona por ladécada pasada. Trabajaba en la hospedería de Don Hernández, hasta que un obrero de paso, la embarazó y se fue sin más.
Durante el parto, que fue muy difícil, las caderas de la pobre muchachaapretaron la cabeza de su bebé y no terminó de llegar aire al cerebro. Pero con todo, ella lo crió como a su más preciado tesoro. El Copo era en todo normal, solo que no llegó nunca a comprender más allá quelos abrazos de su madre y el no meterse en problemas. ¿Cómo habría logrado salir de su casa?, era lo que se preguntaba el Peregrino mientras a lo lejos ya observaba los ruidos de la plaza. Podíatambién escuchar los gritos que daba el Copo. Cuando llegaron con el pequeño, vieron como cuatro jóvenes, claramente fuertes, empujaban brutalmente al Copo.
-Míralos Peregrino, son unos salvajes,agárralos a bastonazos, tú eres fuerte, te he visto como volteabas el otro día al toro del Señor Luis sin siquiera sudar, por favor dales su merecido-, clamaba el pequeño. El Peregrino acarició la cabezallena de rulos y, avanzando, empezó a toser. Los muchachos pararon su violento juego y, viendo al anciano acercarse, se miraron, dirigiéndose guiños como diciendo: -Ahí viene una nueva víctima. -En un...
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