El perro Encadenado

EL PERRO ENCADENADO

No hay mayor diferencia entre el mundo terrenal y el infierno, por que tanto en uno como en otro hay seres humanos, vivos o muertos,

Me encontraba en el mismo tugurio indecente donde acostumbraba a emborracharse con mi grupo de amigos , estaba entre todos los de esa especie sub humana que habitaba la ciudad esperando extraños acontecimientos o simplemente no esperandonada viviendo enfrascados en peleas propiciadas por toda clase de motivos superficiales, estaba en esto tomando cerveza y drogándome la mente con pensamientos densos, mientras en la T.V se anunciaban comerciales de multitiendas, una muchacha se me acerco, era una de esas zorras que creen que por tener un culo hermoso o un buen par de tetas pueden sacar lo que sea de un hombre como vuestro humildeservidor, pueden tratarme de misógino, lo cierto querido lector es que tu opinión me importa un pepino, con su voz suave y penetrante y su buen físico de actriz porno podía penetrar en la mente de cualquier pobre diablo, pero no en la mía, no eso jamás, me dijo, ¿me invitas un trago hermoso? la ignore, como la perra que era, ese tipo de mujeres siempre me han repateado, la tipa ante miindiferencia volvió a repetir su pregunta, ¿me das un cigarro precioso? Eso amigo o amiga fue lo que de veras me saco de mis casillas, así que la tome de sus cabellos color miel y pum! La tire al piso, y diciéndole con voz de trueno ¿quieres un trago?! Le puse el gollete de la botella de cerveza directo en la boca, ah! Si la cerveza empezó a caer mientras la tipa se atragantaba con el liquido, haciendoblup blup medio ahogada medio con ganas de vomitar, luego de vaciarle la botella de cerveza directamente a sus tripas, le dije ¿quieres un cigarrillo? Tome uno de los cigarros encendidos que estaban en el cenicero y se lo plante directamente en uno de sus ojos abiertos, los gritos de aquella puta me produjeron una risa instantánea, había hecho mi mala acción del día, obviamente la concurrencia y eldueño me echaron de aquel lugar, me dio lo mismo, de todas maneras estaba urdiendo un siniestro plan para quemar aquella sucia pocilga, cerraría las puertas no sin antes inyectarle cloro en la vena aorta al guardia, me pasaría por el techo de la casa contigua que estaba abandonada y empezaría a vaciar mucha cantidad de gasolina y otros líquidos inflamables escurrirían fácilmente en el techo llenode goteras de aquel antro y le prendería fuego a aquel lugar, me sentaría a disfrutar de aquel lindo espectáculo y a oír la hermosa música de los gritos desgarradores mientras la carne de esos viciosos se quema como un pollo en una parrilla, solo pensarlo hacia que me diera un ataque de risa, como siempre me pasaba cada vez que veía el sufrimiento en los otros, el plan parecía simple y porsupuesto me entretendría de buena gana con el sufrimiento de esos tipos, pero como aquel plan no podría concretarlo de ninguna forma en aquel momento por falta de dinero obviamente y por lo inmaduro de mi plan pensé que era mejor entretenerse en otra cosa, así que empecé a buscar a algún travesti que estuviera por ahí, no tengo nada personal contra los travestis, pero como siempre me ha gustado escucharlos gritos de dolor busque a uno ya que su voz desagradable y afeminada seria un soneto perfecto para aumentar mi odio contra este putrefacto mundo al que detestaba más a cada hora, camine entre las obscuras y húmedas calles de aquella asquerosa ciudad , estaba pensando en desistir de mis planes y retirarme a mi casa, ya que no encontraba por ningún lugar a mi presa, no tenia ganas de matar aningún borracho ni a ningún flayte que anduviera deambulando, eso era demasiado fácil, mi voluntad ya estaba puesta en matar un travesti, fue ahí cuando lo vi, parado en una esquina bajo la luz de un poste, era un verdadero engendro con esa repugnante peluca rubia, la cara dibujada con maquillaje barato y ese atuendo de puta barata adaptado a su fisionomía masculina, su cara azul por esa barba...