El personero de soacha

El Personero de Soacha:
UN HOMBRE CON PRINCIPIOS DEFINIDOS
Y SIN FINALES A LA VISTA

Zenaida Edith Sánchez

Fernando Escobar es un buen tipo. Temperamental y a veces algo contradictorio, pero un buen tipo en definitiva. Se le ha visto en muchos escenarios públicos hablando con valor y contundencia sobre temas álgidos y peligrosos, de los que casi nadie quiere saber. No usaeufemismos, es directo y categórico. Entra bailando a su oficina, cuando los días amanecen despejados. Brinca como un niño en el estadio, mientras acompaña a los integrantes de las barras bravas de Soacha, en un clásico de Santafé. Es afectuoso y divertido. Le encanta conversar, debatir, es “un botador de corriente” profesional, como él mismo dice. Tiene además una vena de comediante que no puedeocultar: imita a la perfección a Carlos Gaviria, a Guillermo Mendoza Diago. Cuando lo hace, me muero de la risa. Le digo: “Fernando, tú eres verdaderamente histriónico”. Se ríe: “¡Sí! Y tengo mucho de femenino… ¡Mejor dicho, si mis papás se hubieran descachado dos grados más, yo les salgo marica!”.
Le gusta la música de Joaquín Sabina y las tardes de domingo en familia. Su gran amor:Soacha. Su gran odio: los abusos de poder. Es el actual personero de Soacha. El mismo que lleva más de 14 años trabajando por ese municipio; el mismo que rompió el silencio y denunció por primera vez ante el país el fenómeno conocido como “falsos positivos” o ejecuciones de civiles por parte de miembros de las Fuerzas Armadas.
De cerca no se parece mucho al hombre frío y certero que apareceen los medios de comunicación, hablando sin rodeos de las graves violaciones a los derechos humanos por las que atraviesa su región. De cerca, Fernando Escobar es simplemente un hombre sensible, apasionado y decidido que se compromete a fondo con sus principios y sus ideales.
Esta es una aproximación desprevenida a este abogado bogotano de 38 años, que está al frente del principal órgano decontrol de Soacha, desde hace poco más de un año. Una exploración de su mundo a partir de algunas de sus afirmaciones, compartidas conmigo en los más diversos lugares.

“Yo lo que sé es emberracarme”

Viajamos en una camioneta blindada. Dos escoltas ocupan el puesto delantero; otro está a nuestro lado. Veo que uno de ellos cruza su brazo sobre la cintura y mantiene a mano su arma,mientras mira hacia todas las direcciones como una torcaza sobre un cable de alta tensión. Pretendo ignorar lo inquietante de la situación y comienzo a hablar con Fernando sobre su trabajo, sobre los bemoles del mismo.
Cuando llegó a la Personería de Soacha, en marzo de 2008, tuvo noticia sobre desapariciones de jóvenes en los barrios más humildes. En principio pensó que se trataba de unnuevo caso de reclutamiento. Así se lo hizo saber al entonces asesor presidencial José Obdulio Gaviria, con quien se reunió a mediados del mes de julio. Algunas semanas más tarde, los hechos empezaron a arrojar pistas sobre un fenómeno hasta ahora desconocido en el país: los denominados “falsos positivos”. Cuando se acopiaron los suficientes elementos de juicio al respecto, Fernando Escobardespertó las alarmas en torno a lo que estaba ocurriendo y el país pudo enterarse de esta aberrante práctica.
Los costos de la denuncia fueron muy altos para Escobar. Poco después de lanzar la voz de alerta en la prensa y oficiar el caso a ante la Fiscalía y la Procuraduría, recibió violentas amenazas de muerte de grupos ilegales. Desde entonces, el Ministerio de Defensa y la policía diseñaronpara él un esquema de seguridad: le asignaron escoltas y mecanismos especiales para su desplazamiento. Sin embargo, muchos hechos en Colombia demuestran que nunca se sabe si los escoltas protegen o vigilan. Para él resultó difícil asimilar esa condición de persona amenazada, pues se redujo al máximo su autonomía y su privacidad. Con el tiempo, ha ido acostumbrándose y ya no lo mortifica...