El Pico Con Hueso
H e querido obsequiar a m i partido esta
impresión del Testamento Politico del Presidente Baimaceda,para qzce en forma de
devocionario, lo llevéis siempre en vuestros
bolsillos como propaganda balmacedista y
para qzce se incrzcste en vuestras almas la
doctrina que nos l egara el más grande de
los Presidentes de Chile.
Recordad en las sztidaezones difíciles dela politica y en los naomentos graves para la
P atria, que el e q h z t u de E estará en mel
dio de nosotros. Fué ésta la promesa pbstunaa de s c magno tmtamento que escribió con
z
mano Jirme y valiente en los zcmbl-ales de
la Pternidad y dQl a yloria.
E NRIQUE BAEZA YAPAR
Ayudante del general Barbosa en las batallas
de Concón y Placilla- Vice-Presidente del
P artido LiberalDemocrático.
S antiaqo, 1 9 de Septiemhl-e d e 1936.
,
No t engo
m ás interés q ue por lo
j usto, ni más amor q ue por lo
bueno, n i m ás pasión q ue p or la.
p atria.
B A L MA C EDA
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HOMENAJE A DON ENRIQUE SALVAOOR SANFUENTES, PRESIDENTE HONORARiO DE:L PARTIDO
LIBERAL OEMOCRATICO GABINETE SANFUENTES JUNIO DE 1890
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D e pie: General V elásquez, General Barbosa, J ulio Baladas E. Guillermo Mackenna, José M. Valdés Carrera.
Sentados: Pedro N. Gandarillas, Enrique S. Sanfuenfes. Presidente Balmaceda, Juan Mackenna.
En sobre escrito por el Presidezte B alm aceda dice asi:
CARTA
Del ex-presidente Balmaceda a
los Sres. Claudio Vicuña y J ulio
Bañados E.
> M is amigos:
>> D irijo esta carta a un amigo para que
la publique en los diarios de esta capitaly pueda así llegar a conocimiento de
Uds., cuya residencia ignoro.
>> Deseo que Uds., mis amigos y mis
conciudadanos conozcan algunos hechos
de actualidad y formen juicio acertado
acerca de ellos.
> > E l 28 de Agosto depuse de hecho el
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mando en el General Baquedano; y de derecho termino hoy el mandato que recibí
de mis conciudadanos en 1886.
>> L as batallas de Concón y laPlacilla
determinaron este resultado. Aunque en
Coquimbo y Valparaíso había fuerzas
considerables, estaban divididas y no había posibilidad de hacerlas obrar eficazmente para detener la invasión de los
vencedores.
>> Con los Ministros presentes acordamos llamar al General Baquedano y en’
tregarle el mando con algunas condiciones. N os reunimos para este objeto con
el General Velásquez y losseñores Manuel A. Z añartu, General Baquedano y
Eusebio Lillo, a quien había pedido tuviera la bondad de llamar al señor Baquedano en mi nombre.
»Quedó acordado y convenido que e1
S eñor General recibiría el mando; que se
guardaría el orden público, haciendo respetar las personas y las propiedades: que
los partidarios del Gobierno n o serían
arrestado, ni perseguidos; y que yo me
asilaría enlugar propio de la dignidad del
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puesto que había desempeñado, para cu-
y o efecto se designó la Legación Argen,
tina, a cargo del Excmo. Señor Don José
Uriburu, decano a la vez del Cuerpo Diplomático, debiendo el General Baquedano prestar eficaz amparo al asilo y a mi
persona, y oun asegurar mi salida al extranjero.
>>Manifesté que en Coquimbo se podía reunir 6,000 hombres, y que enese
momento había en Santiago 4 ,500 sin
contar la Policía. Agregué que el sometimiento voluntario de estas fuerzas requería, de parte del General, asegurar
condiciones convenientes al EjSrcito, que
había siempre procedido en cumplimiento
de estrictos deberes militares.
>> Aunque el 28 tuve l os medios necesarios para salir al extranjero, creí que no
debía excusar responsabilidades, nillegar
fuera de Chi!e como mandatario prófugo,
después de haber cumplido, según mis
convicciones y en mi conciencia, los deberes que una situación extraordinaria
impuso a mi energía y patriotismo.
>> E sta resolución se había fortalecido
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al contemplar la acción general iniciada
contra las personas y los bienes de los
miembros del partido que compartió conmigo las rudas y...
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