EL PLACER DE LA MÚSICA PARA LOS JÓVENES
Puesto que la música ha sido incluida en la categoría de los placeres, es necesario
aprender el recto juicio y elhábito de gozar de las costumbres convenientes y de
las bellas acciones, y adquirir la capacidad de ello. Ritmos y melodías pueden
representar, con un alto gradode semejanza con el modelo natural, la ira y la
mansedumbre, el valor y la templanza y sus opuestos, y en general todos los otros
polos opuestos de la vidamoral, como demuestran los hechos, con los cuales
resulta que escuchando música nosotros mudamos nuestro estado anímico.
En las melodías existe unaposibilidad natural de imitar las costumbres, debida
evidentemente, al hecho de que la naturaleza de las armonías es variada, de tal
manera que escuchándolas en sudiversidad, nuestra disposición es diferente de
cara a cada una de ellas. Frente a algunas nos sentimos llenos de dolor y de
recogimiento, como cuando se trata dela armonía llamada Mixolidia; con otras
más relajadas alimentamos sentimientos voluptuosos. La armonía Dórica es, en
cambio, la única que inspira compostura ymoderación, mientras que de la Frigia
se desprende el entusiasmo.
Por todo lo que se ha dicho es evidente que la música puede cambiar el carácter
moral delalma; y, si tiene esta capacidad, está claro que en ella deben educarse y
ejercitarse los jóvenes.
Además, su enseñanza se adecua a las inclinaciones delas personas en edad
juvenil, que no soportan nada que no esté acompañado por algún placer, y la
música es, por naturaleza, una de las más placenteras.
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