El placer de leer a Freud
El propósito de este libro es presentar lo esencial de la teoría de Freud, cuya obra impregna
todavía hoy nuestra manera de practicar el psicoanálisis, nuestra manera de hablar y, en general,
nuestra cultura contemporánea. He concebido este
libro como un instrumento de trabajo destinado a
leer y comprender a Freud. Se divide en tres
partes: una exposición clara y rigurosa delas ideas
fundamentales de la obra freudiana, fragmentos
escogidos de esta obra y un cuadro cronológico de
los acontecimientos decisivos de la vida de Sigmund Freud. A través de estas páginas intenté
sobre todo suscitar en ustedes, lectores, la apetencia de consultar directamente los escritos originales de Freud, leyéndolos con placer.
Este volumen introductorio está destinado
igualmente alestudiante deseoso de obtener una
clave para abordar a Freud, como al analista
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confirmado que -a semejanza del creador del
psicoanálisis- no cesa de volver a los fundamentos de la teoría. Acordémonos de los numerosos
textos en los que Freud recoge las bases de su
doctrina a fin de deslindar lo esencial de ellas; así
lo hizo, por ejemplo, en el último, Compendio del
psicoanálisis, que escribió a losochenta y dos
años. ¿Qué sucedió entohces? Una cosa extraordinaria. Cuando escribe el Es uema, Freud in-~~
venta nuevos conceptos. Así pues, el retorno a los
fundamentos suele ocasionar la generación inesperada de lo nuevo. La enseñanza se hace investigación, y el saber antiguo, verdad nueya.
El principio que guió constantemente mi trabajo de transmisión del psicoanálisis puede resumirse
en unafórmula: intentemos decir lo que ya se dijo
y tendremos la suerte, quizás, de decir algo nuevo. ·
Este es el espíritu en el que escribí el presente
trabajo.
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La aceptación de los procesos psíquicos inconscientes,
el reconocimiento de la doctrina de la resistencia
y de la represión,
la consideración de la sexualidad y del complejo de Edipo
son los contenidos principales del psicoanálisis
ylos fundamentos de su teoría,
y quien no esté en condiciones de adherirse a esos principios
no debería contarse entre los psicoanalistas.
S. Freud
Un siglo - ¡y qué siglo!- nos separa de Freud,
de aquel día en que decidió abrir su consultorio de
Viena y escribir la primera obra fundadora del
psicoanálisis, La interpretación de los sueños.
Un siglo es mucho tiempo; mucho tiempo
para la historia,para la ciencia y para las técnicas.
Mucho para la vida. Y, sin embargo, es muy poco
para nuestra joven ciencia, el psicoanálisis. Reconozco que el psicoanálisis no progresa a la manera de las disciplinas científicas y sociales. Se
ocupa de cosas simples, muy simples, que son
también inmensamente complejas. [e-ocupa del
amor y del odio, del deseo y de la ley, del sufrimieni_O y del phicer,-denuestras paÍabras, de nuestros
.a~tos, de nuestros s~eños y fantasmas. El psicoanálisis se ocupa de cosas simples y complejas, pero
eternamente actuales. Se ocupa de estas cuestiones no sólo utilizando un pensamiento abstracto,
sino también a través de la experiencia humana de
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l .,
una relación concreta entre dos partenaires, analista y analizante, en interacción permanente.
Pero un siglo,insisto, es mucho. Y en el curso de
estos cien años, los problemas tratados por el
psicoanálisis a menudo han sido conceptualizados
desde distintas perspectivas. La experiencia siempre singular de cada cura analítica impone, en
efecto, al analista que se adentra en ella el compromiso de pensar cada vez de otra manera la teoría
que justifica su práctica. Sin embargo, un hilo
inalterableentretejido por los principios fundamentales del psicoanálisis atraviesa el siglo, ordena la pluralidad de las corrientes analíticas y
asegura el rigor de la teoría. Ahora bien, ¿qué hilo
es ese que garantiza semejante continuidad? ¿Cuáles · son los fundamentos de la obra freudiana?
Estos fundamentos han sido comentados, resumidos y reafirmados en innumerables ocasiones.
¿Cómo, entonces, transmitirlos...
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