El poder en la familia

El poder en la familia ¿quién manda a quién?
Quién manda a quién

Mantener una relación equilibrada entre padres e hijos no siempre es fácil, menos aún cuando ambos quieren imponer su voluntad. Comienzan así las luchas de poder, que pueden convertir poco a poco al hogar en un campo de batalla. Según los especialistas, estos conflictos son más comunes en familias sin límites claros y donde lospadres no imponen con cariño y respeto su autoridad.
Ser padres no es fácil, sobre todo cuando se trata de imponer normas. Para los niños es fundamental contar con papás preocupados de cuidarlos y de mostrarles constantemente cómo y cuánto los quieren, pero también de marcar límites claros y seguros, donde no existan constantes ‘peleas de gallitos’. Las luchas de poder, según Carolina Soruco,psicóloga infantil y terapeuta familiar de la Universidad Católica, pueden surgir por distintas razones, pero es más común en familias donde no está clara la jerarquía, es decir, donde padres e hijos tienden a estar en un mismo nivel, a la misma altura, en una especie de relación simétrica. “Aquí los niños confunden los roles y creen que pueden dominar y hacer lo que quieren. Una relación cercana conlos hijos no implica una amistad propiamente tal, sino cercanía, pero con roles y autoridad muy delimitados”.

Para la psicóloga, un segundo escenario en donde se pueden generar luchas de poder es cuando en una familia todo es intransable, desde el color del pinche o de la ropa que el niño se tiene que poner. “Esta situación tiende a darse en padres muy autoritarios, donde el niño no tieneespacio para crear, opinar o discutir; en definitiva para nada. No negociar supone abuso de poder y, por lo tanto, incomunicación”, explica.“Este tipo de relaciones pueden hacer que el niño se transforme en un ser muy sumiso, que haga todo lo que sus padres le dicen, sin opción de decidir. La otra posibilidad es que exprese su rabia y comience una relación confrontacional con sus padres, donde ambosquieren imponer su voluntad”, señala la especialista. Plantea que las luchas de poder también pueden darse en ambientes familiares con buenas relaciones jerárquicas, “porque los niños siempre están probando los límites y hasta dónde pueden llegar. Por eso, marcar el territorio, con amor y respeto, es clave”.

En el campo de batalla

Cuando la relación entre padres e hijos es confrontacional ylas luchas de poder comienzan a ser parte de la vida cotidiana se genera una dinámica familiar muy negativa, donde chicos y grandes lo pasan mal. “Para los niños no es agradable pelear con sus padres, porque ellos son sus adultos significativos, quienes les muestran cómo vivir la vida de la mejor manera posible. Por lo tanto, si se está en una batalla constante no se produce el clima de confianza,de apoyo y de cariño necesario. Al contrario, los menores sienten que todo lo que hacen está mal, y se amargan”, señala la especialista. Para evitar las confrontaciones y luchas de poder en la familia, la psicóloga infantil recomienda que los padres dejen en claro su rol, lo que no implica ser autoritarios. Explica que si por ejemplo un niño quiere acostarse más tarde el día de su cumpleaños,pueden conversarlo y llegar a un acuerdo.
Pero también existe la posibilidad de que los padres consideren que no se puede transar, porque al otro día el niño tiene que levantarse temprano para ir al colegio, y simplemente deben decirle ‘no te puedes acostar más tarde porque este es el horario que fijamos’. Los niños lo van a entender, porque saben que son sus padres quienes pautean y que los límitesque ponen son claros y seguros”. Es fundamental que los padres tengan claros los límites que quieren transmitir y ser honestos con lo que le están demandando a los hijos. “Es clave ser consecuentes, repetitivos y acompañarlos en las rutinas. Es más fácil pedirles a los hijos que se acuesten a las nueve de la noche si los padres están con ellos a esa hora, y si esa tarea se realiza todos los días...