El Porfiriato

ASPECTO AGRARIO
Las medidas adoptadas en la dictadura porfirista para favorecer al terrateniente y las consecuencias lesivas que esta política acarreo a nuestros campesinos, la base en la cual se fundó Porfirio Díaz para enajenar el suelo patrio en beneficio de terratenientes nacionales y extranjeros, se llevo a cabo en la ley del 13 de marzo de 1861 sobre colonización; en la de20 julio de 1863referente a ocupación y enajenación de terrenos baldíos, dictadas ambas por Juárez; y en la de Lerdo de fecha 31 de mayo de 1875. Díaz sirvióse de ellas y las transformó a medida que se consolidaba en el poder. Antes de promulgarse la famosa ley del 15 de diciembre de 1883 sobre colonización y deslinde de terrenos baldíos, se celebraron algunos contratos para colonizar.
La ley de Juárez de 1863sobre baldíos limitaba los denuncios a 2500 hectáreas.
Muy distintos fueron los postulados de la ley sobre colonización y deslinde de terrenos baldíos del 15 de diciembre de 1883, fue el punto de partida del latifundismo porfirista en nuestra legislación encontramos en su artículo 21:
“21. En compensación de los gastos que hagan las compañías deslindadoras en la habilitación de terrenos baldíos,el Ejecutivo podrá concederles hasta la tercera parte de los terrenos que habiten, o de su valor, pero con las condiciones precisas de que no han de enajenar los terrenos que se les concedan, a extranjeros no autorizados parta adquirirlos, ni extensiones mayores que 2500 hectareas; bajo la pena de perder en los dos casos las fracciones que hubiere enajenado, contraviniendo a estas condiciones,cuyas fracciones pasaran a ser desde luego propiedad de la nación”.
Las tropelías que a diario cometían las empresas deslindadoras llegaron a tal clímax, que el mismo gobierno se vio precisado a reconocer, al estilo porfirista, las protestas que suscitó la disposición de 1883.
En sin fin de ocasiones se despojo a los indígenas y a sus descendientes de terrenos perfectamente titulados y que deninguna manera podían tener la categoría de baldíos, pues estaban deslindados y eran poseídos. Las compañías deslindadoras se daban a la obra de “medir” de montaña en montaña y de llanura a cañada, incluyendo en su productiva tarea la medición de poblados y congregaciones. El expediente para llevar adelante los deslindes consistió en la falta de títulos. Esta debilidad es la que han explotado lascompañías deslindadoras. Y así, el ministerio de fomento ha deslindado 30.000,000 de hectáreas de tierras nacionales. Tras de esos 30.000,000 de hectáreas han corrido muchos más millones de lágrimas: no son los grandes hacendados quienes han visto caer de sus manos esos millones de hectáreas, si no los miserables, los ignorantes y los débiles.
A partir de la promulgación de la ley 1883 comenzó eldesenfreno del libertinaje latifundista porfiriano. Por la dificultad de presentar las escrituras, el propietario de “baldíos”, si quería conservar sus bienes raíces, veíase precisado a perder dos terceras partes de estos, pues el denuncio le daba la oportunidad de salvar un tercio de lo que era suyo: en cambio, las compañías deslindadoras obtenían graciosamente la tercera parte de lo que deslindaba.Beneficios que los deslindadores obtuvieron gracias a sus adquisiciones. La voracidad sin freno de las compañías únicamente se contenía ante la propiedad feudal del hacendado. Nada lograba calmar la pasión, ya enfermiza, de los latifundistas: como monumento a la inmundicia sin límites del dictador se emite el decreto del Congreso de la fecha 18 de diciembre de 1893, que a la letra dice:
“Art.1º. Se autoriza al Ejecutivo Federal para reformar la legislación vigente en la República, sobre terrenos baldíos, conforme a las bases siguientes:
l. CESARA LA PROHIBICION DE QUE CADA HABITANTE DE LA REPUBLICA PUEDA DENUNCIAR Y ADQUIRIR MAS DE 2,500 HECTAREAS DE TERRENOS BALDIOS.
ll. Cesara igualmente la obligación hasta ahora impuesta a los propietarios y poseedores de terrenos baldíos, de...