el portentoso cerebro

EL PORTENTOSO CEREBRO *

Matthew Simpson acude al lado de su madre en el porche de su casa, en Albuquerque, Nuevo México. Acaba de terminar el segundo grado de primera enseñanza y le muestra con orgullo su libreta de calificaciones. Las notas son decorosas, el niño ha observado una buena conducta y ha hecho progresos constantes. Nada del otro jueves, si no fuera porque hace dos años loscirujanos le quitaron a Matt casi la mitad del cerebro.

Aristóteles creía que el pensamiento residía en el corazón, y que el cerebro servía para enfriar el cuerpo. Ahora nos reímos, pero durante muchos siglos los expertos coincidieron con el filósofo. Y todavía hoy es relativamente poco lo que sabemos de ese kilo y medio de tejido que nos hace humanos. Aún así, en los diez últimos añoshemos aprendido más sobre él que en toda la historia, gracias a las nuevas técnicas que nos permiten observar su funcionamiento en escala subcelular.

El caso de Matt Simpson ilustra lo que estamos aprendiendo. Sus primeros tres años de vida transcurrieron normalmente, pero poco antes de cumplir los cuatro comenzó a sufrir crisis epilépticas (sobrecargas eléctricas que impiden la funcióncerebral).
Le diagnosticaron encefalitis de Rasmussen, enfermedad rara, incurable y de causa desconocida.

Desesperados, sus padres, Jim y Valerie, acudieron a Benjamin Carson, director de neurocirugía pediátrica del Hospital Johns Hopkins, en Baltimore.
El médico recomendó someter al niño a una hemisferectomía, es decir, la extirpación de un hemisferio cerebral. La operación entrañaba el riesgo dedejarlo inválido o en coma, o de causarle la muerte.

Matt perdería la mitad izquierda de la corteza cerebral, la capa de apretados repliegues que recubre el cerebro y que gobierna el raciocinio y casi todas las facultades características del ser humano. Era imposible prever los efectos de la intervención en la personalidad del niño.

Las crisis epilépticas fueron de mal en peor, y losSimpson se decidieron por el tratamiento quirúrgico. A Matt le quedó una cicatriz que le pasa junto a la oreja izquierda y desaparece debajo del pelo, pero su personalidad no cambió en lo más mínimo, ni con la enfermedad ni con la operación. “Era un niño cariñoso y simpático, y lo sigue siendo”, afirma su madre.

Los únicos efectos apreciables de la operación son una leve cojera y dificultad parausar el brazo y la mano derechos. Además, el niño perdió la visión periférica derecha en ambos ojos.

Todavía es más lento para ciertos juegos verbales de lo que corresponde a un niño de su edad, pero su capacidad de lenguaje avanzó, en un período de dos meses, lo equivalente a uno de nueve.

Joan Harden, la terapeuta del lenguaje que lo atiende, explica: “Tal parece que Matt se encuentra enuna fase de desarrollo acelerado de la dendritas” (las dendritas son las prolongaciones filamentosas de las neuronas, las células funcionales del sistema nervioso). “Por lo visto, sus neuronas están formando mejores interconexiones”.

El buen funcionamiento del cerebro depende de que se establezcan conexiones adecuadas entre los cerca de 100,000 millones de neuronas que contiene el órgano. Lasconexiones se forman según pautas determinadas por la herencia y en respuesta a los estímulos, que el sistema nervioso codifica en forma de impulsos eléctricos y conduce al cerebro. Una vez allí, los impulsos provocan la liberación de neurotransmisores, mensajeros químicos que pasan de una neurona a otra y generan a su vez más impulsos eléctricos.

Este mecanismo, fundamento de la comunicaciónen el cerebro, favorece a veces la formación de nuevas dendritas.

Casos como el de Matt demuestran que el cerebro está dotado de una adaptabilidad asombrosa. En la gente diestra, el hemisferio izquierdo (del que fue privado Matt) es el que se especializa en las aptitudes musicales, poéticas y matemáticas. Con todo, a Matt le encantan sus clases de piano, y las matemáticas son su fuerte....