El portico
Frederik Pohl
PÓRTICO - Frederik Pohl
Título original: Gateway
Traducción: Pilar Giralt
Escaneado por Kirth Gesen, 2000
Editado por Sadrac
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Edición Electrónica: El Trauko
Versión 1.0 en PDF
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Chile -Septiembre 2001
Texto digital # 84
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PÓRTICO
Frederik Pohl
Capítulo 1
Me llamo Robinette Broadhead, pese a lo cual soy varón. A mi analista (a quien
doy el nombre de Sigfrid von Schrink, aunque no se llama así, carece de nombre por
ser una máquina) hace muchagracia este hecho:
—¿Por qué te importa que algunas personas crean que es nombre de chica,
Bob?
—No me importa.
—Entonces, ¿por qué no dejas de mencionarlo?
Me fastidia cuando no deja de mencionarme lo que yo no dejo de mencionar.
Miro hacia el techo, con sus colgantes movibles y sus piñatas, y luego miro la ventana,
que en realidad no es una ventana, sino un móvil holópico del deaje en KaenaPoint; la
programación de Sigfrid es bastante ecléctica. Al cabo de un rato le contesto:
—No puedo evitar que mis padres me llamaran así. He intentado escribirlo R-OB-I-N-E-T, pero entonces todo el mundo lo pronuncia mal.
—Podrías cambiarlo por otro.
—Si lo cambiara —digo, seguro de que en esto tengo razón—, tú me dirías que
llego a extremos obsesivos para defender mis dicotomías internas.—Lo que te diría —replica Sigfrid en uno de sus torpes y mecánicos intentos de
humor— es que no debes emplear términos psicoanalíticos técnicos. Te agradecería
que te limitaras a decir lo que sientes.
—Lo que siento —digo yo por milésima vez— es felicidad. No tengo problemas.
¿Por qué no habría de sentirme feliz?
Jugamos mucho con ésta y otras frases parecidas y a mí no me gusta. Creo que
hayun fallo en su programa. Insiste:
—Dímelo, Robbie. ¿Por qué no eres feliz?
No le contesto y él vuelve a la carga:
—Me parece que estás preocupado.
—Mierda, Sigfrid —replico, un poco harto—, siempre dices lo mismo. No estoy
preocupado por nada.
Intenta convencerme:
—No hay nada malo en explicar lo que se siente.
Vuelvo a mirar hacia la ventana, enfadado porque me doy cuenta de que tiemblo
yno sé por qué.
1
Pórtico
Frederik Pohl
—Eres un latazo, Sigfrid, ¿lo sabías?
Dice algo, pero yo no le escucho. Me pregunto por qué vengo aquí a perder el
tiempo. Si ha habido alguna vez alguien con todos los motivos para ser feliz, ése soy
yo. Rico, bastante apuesto, no demasiado viejo, y en cualquier caso, tengo el
Certificado Médico Completo, por lo que durante los próximoscincuenta años puedo
tener la edad que me plazca. Vivo en la ciudad de Nueva York y bajo la Gran Burbuja,
donde no puede permitirse el lujo de vivir nadie que no esté bien forrado y sea, además,
una especie de celebridad. Poseo un apartamento de verano con vistas al mar de
Tappan y la presa de Palisades. Y las chicas se vuelven locas con mis tres brazaletes
de Fuera. No se ve a muchosprospectores en la Tierra, ni siquiera en Nueva York.
Todas están deseando que les cuente qué aspecto tiene la Nebulosa de Orión o la
Nube Menor Magallánica. (Naturalmente, no he estado en ninguno de los dos sitios. Y
no me gusta hablar del único lugar interesante donde sí he estado.)
—Entonces —dice Sigfrid, después de esperar el apropiado número de
microsegundos una respuesta a lo último que ha...
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