El Posromanticismo

El posromanticismo



Después del gran período romántico (1834-1845). La poesía española continúa muy viva y expresa, a veces con monotonía, pero siempre con justeza, la fuerza de los conflictos de que padece la sociedad.
En el centro del debate está el peso de la Iglesia y de la religión católica en las costumbres y en las instituciones, lasestructuras feudales de la vida rural, el centralismo castellano, las resistencias al sufragio universal. El ascenso de los nuevos poderes – finanza e industria – se efectúa lentamente y de manera desigual; modifica en principio la vida social de Cataluña, Asturias, Madrid, de las grandes capitales de provincia y de los centros mineros. Después de 1855, la red ferroviaria, centrada en Madrid,acelera el movimiento.
Los progresos en la educación siguen siendo insuficientes: a finales de siglo, España todavía tiene 60% de analfabetos. Los retratos económicos y educativos se sienten tanto más en cuanto la vitalidad popular es grande, como lo testimonia el aumento de la población, que pasa de una decena de millones de habitantes hacia 1800 a unos diecinueve millones en 1990.Introducción
La poesía lírica, tanto la de la elite como la del pueblo, traduce a la vez esta vitalidad y la amargura difusa, pero intensa, que crea un cambio no dominado.
La poesía de la duda y de la tristeza, con una dominante a veces racional, a veces intuitiva, se expresa en todas partes; pero la poesía de defensa de la fe católica y del pasado español se alza constantementefrente a ella.
Por su robustez y por lo que todavía tiene de la vieja España, el pueblo, o la idea que los intelectuales se hacen de él, seduce y se convierte en uno de los refugios de la inspiración lírica. La irrupción de la poesía popular en las letras es un hecho importante de esa época. No sólo se continúan imprimiendo versos para el pueblo, que los conocerá via oral (poesía de lospliegos sueltos, hojas volantes que se venden en toda España), sino que se recopilan cada vez más intensamente los textos de los cantos, asociados o no a la danza, que se improvisaban y se transmitían aún en todas las provincias; numerosos poetas se inspiran deliberadamente en esos cantos y crean otros; todas las corrientes se benefician con esta rehabilitación de la tradición popular.
La poesía dela pareja, del hogar, de la familia constituye otro refugio en esas décadas de perturbaciones. Esta poesía burguesa del siglo XIX, abundante, aun en nuestros días aporta un testimonio fiel de la vida profunda de España.
Y finalmente, la poesía de la intimidad, hecha sobre todo de toques rápidos, se fortalece. Se apoya en las cuartetas populares y también en una especie de espejismo de lapoesía germánica vista principalmente a través de excelentes interpretaciones. La mayoría de estas corrientes confluyen y a veces chocan en la poesía del sevillano Gustavo Adolfo Bécquer (1836–1870). Con menos brillo y más obsesión trágica, se las distingue en la obra recientemente redescubierta de la gallega Rosalía de Castro (1837–1885).
El malestar social de prolonga durante toda la épocallamada de la Restauración, que transcurre desde la entronización de Alfonso XII (1875) hasta la mayoría de edad de Alfonso XIII (1902). En el plano poético, Madrid se repliega en sus propias experiencias y se mantiene al margen de las tentativas parisinas de innovación que adaptarán al genio español los poetas hispanoamericanos, muy dinámicos en el movimiento llamado “modernista”. Sin embargo, losartistas madrileños empiezan a tomar sus distancias respecto de la crisis de su sociedad y de las repercusiones que ésta tiene en su vida íntima; las búsquedas musicales (variaciones en las composiciones, los metros, los ritmos internos), la invención en la impresión pictórica, el gusto por la vivacidad popular dominan en la poesía de fines de siglo. De manera general, la creación poética se...