El Príncipe Feliz.

El Príncipe Feliz.

En lo alto de la ciudad, sobre una columna esbelta, se encontraba la estatua del Príncipe Feliz. Estaba completamente cubierta por láminas de oro puro, sus ojos eran dos zafiros brillantes y en el puño de su espada tenía un gran rubí rojo. Era una estatua muy admirada.

Una noche voló sobre la ciudad una pequeña golondrina. Sus amigas se habían marchado a Egipto seissemanas antes; ella se retrasó porque estaba perdidamente enamorada de un junco de espigado talle que conoció a principios de la primavera. Cuando por fin se decidió a irse surcó el cielo durante todo el día, y cuando anochecía llegó a la ciudad.
-¿Dónde me refugiaré?-Se preguntó-. Espero que este lugar me pueda recibir.
Entonces vio la estatua sobre la alta columna; le pareció un buensitio para protegerse y se acomodó entre los pies del Príncipe Feliz.

-Tengo una habitación de oro- exclamó suavemente y se preparó para dormir. Pero en el momento en que ponía su cabeza bajo el ala, le cayó una gran gota de agua.
-¡Qué raro!-dijo la golondrina-. No hay una sola nube en el cielo; sin embargo, está lloviendo. que clima tan espantoso.
En aquel momento le cayó otragota.
-¿Para qué sirve esta estatua si no me cubre de la lluvia? Buscaré una chimenea-dijo.
Y decidió partir; Pero antes de abrir las alas le cayó una gota más. Miro hacia arriba y vio....¡Ah! ¿Qué fue lo que vio?

Los ojos del Principe Feliz no podían contener el llanto, sus lágrimas rodaban por sus mejillas de oro.
-¿Quién eres?-Preguntó la golondrina.-Soy el Principe Feliz.
-Y entonces, ¿Porqué llorar? ¡Mira como me has empapado!
-Cuando estaba vivo y tenía corazón humano-contestó la estatua-, Nunca supe lo que eran las lágrimas, porque vivía en un palacio donde se le negaba la entrada al sufrimiento. De día jugaba en el jardín y de noche bailaba. Nunca pensé qué ocurría al otro lado de la altísima barda que rodeaba el jardín.Mis súbditos me llamaban el Principe Feliz. Así viví y así morí. Pero ahora que estoy muerto me han puesto en este lugar desde donde veo la miseria y el dolor de mi ciudad, y aunque mi corazón es de plomo sólo me da por llorar.
La golondrina se sorprendió de que el corazón no fuera de oro puro, pero no comentó nada.
-Muy lejos-continuó la estatua-, hay una pobre casa; una de susventanas está abierta, y observo a una mujer sentada a la mesa. Se ve desmejorada, sus manos están lastimadas por los piquetes de aguja. Es la dama de honor más bella de la Corte. En un rincón de la habitación está su hijito con fiebre. La madre llora porque sólo puede darle agua del río. Golondrina, golondrina, golondrinita, ¿le llevarías el rubí de mi espada?
-Me esperan en Egipto-respondió lagolondrina-. Mis amigas estarán volando sobre el río Nilo.
-Golondrina, golondrina, golondrinita-Repitió el Principe-.¿Puedes ser mi mensajera sólo por esta noche?
El niño está muy sediento, y la madre muy triste...
-No me gustan los niños- contestó la golondrina-. En el verano pasado cuando revoloteaba sobre el río, los dos hijos del molinero me arrojaban piedras, y aunque nunca mepegaron, eso es una falta de respeto.
Pero al ver tan triste al Príncipe, la golondrina se conmovió y aceptó quedarse esa noche y ser su mensajera.
La golondrina levantó el vuelo llevando el rubí en el pico.
Prosiguió su camino hasta que por fin llegó a la pobre casa y vio al niño en su cama, agitado; su madre, muerta de cansancio, se había quedado dormida. La golondrina entró y dejoel rubí a un lado del dedal de la costurera. Una vez que cumplió con su misión, voló hacia el Príncipe y le contó lo sucedido.
-Es curioso- comentó ella-,pero a pesar del frío me siento muy bien.
-Es porque has hecho una buena acción-dijo el Príncipe
Cuando amaneció, a la avecilla fue al río y se bañó. Sólo de pensar que esa noche partiría a Egipto estaba contentísima....