El Príncipe
Marco Histórico
La Italia del Renacimiento fue concebida por la inmensa matriz peninsular a fines del siglo XV. Al extinguirse el imperio de Occidente bajo la planta implacable de los barbaros, la fracción de Oriente permaneció todavía mil años a partir de Teodosio y debía sostenerse hasta 1453, el año en que cayó Constantinopla en poder de los turcos.
El predominio de las hordasgermánicas, el visigodo Alarico y el vándalo Genserico saquearon Roma, en 410 y 455 respectivamente, y la bota ítala acabo por verse de extremo a extremo bajo soberanías bárbaras.
A diferencia del ostrogodo Teodorico, admirador de la cultura romana y bien dispuesto a asimilar sus leyes, los longobardos n quisieron oír hablar de convivencia pacífica y mucho menos de fusión de razas y credos. Losítalos en la zona de los longobardos, vivieron en su época como esclavos y tenidos por raza inferior a modo de ilotas. Todo aquello desapareció no muy tarde y la gran masa de pueblos italianos se vieron manumitidos por el imperio de Oriente. Los invasores de 578 no dejaron otra huella de su paso que el nombre que sigue llevando hoy el territorio que ocuparon: Lombardía.
Los pueblos que se habíanaposentado en Italia, no como conquistadores a mano armada si no como emigrantes pacíficos, se acomodaron de prisa a las ideas, usos y costumbres de los aborígenes peninsulares, y el cristianismo. El rodar de los siglos en la cuesta gigantesca de las edades, trajo sucesivamente multitud de hechos y efemérides que no nos competen sino citar, sin adentrar a ellos.
Un efímero reino de Italia, formado en888, tendiente a la unificación de la península, fue barrido a poco ya que el verdadero poder radicaba en los señores tudescos, que el emperador apoyaba por que le eran necesarios. Italia, de hecho, paso a ser una provincia germana. Esto no solo trajo consigo la desmembración del país, si no que fue un semillero de guerras.
La iglesia por su parte, atravesó dolorosas crisis y entro en conflictocon los emperadores, que tuvo la virtud de dividir a los italianos en dos clanes inconciliables: güelfos y gibelinos.
En el siglo XV de transición por antonomasia, tocaba a su fin. A través de guerras intestinas, rivalidades de núcleos urbanos y, sobre todo, de familias patricias, la tierra malherida sanaba de sus quebrantos y se habían ido formando poderosas y deslumbrantes ciudades-estados, comoMilán, Florencia, Venecia, Génova y Nápoles. Roma volvía a ser lo que fue. Una noble y franca confederación de todos ellos, pudo haber constituido ya en los años cuatrocientos una Italia rica y prepotente por la fuerza y por el espíritu. No fue así: en aquella hora solemne de la resurrección del saber, entorpecida por el oscurantismo de la Edad Media, cuando el humanismo de Erasmo, de Moro, deVives, prometía una convivencia universal de la más alta calidad política, no hubo manera de llegar a un entendimiento entre los intereses y las ambiciones de las grandes familias. Se pactó, la paz de Lodi, que duro cuarenta años y sirvió para restañar tanta sangre vertida y tanta riqueza malbaratada.
Aquella extraordinaria mixtura de méritos y felonías que caracteriza buena parte del Renacimientodebió verse agudizada por los hechos que sacudieron las almas, dando origen a la venida al mundo de seres igualmente extraordinarios. La circunstancia de no haberse podido lograr la unificación del país en un sólido bloque de pueblos hermanos, motivo que las potencias más o menos vecinas ambicionases cada una buena tajada para sí.
Las fatídicas guerras de Italia hicieron derramar mucha sangreinocente y no pudieron menos que perjudicar abiertamente la poderosa economía de las ciudades-estados. A partir de la batalla de Fornovo, en que soldados italianos lucharon contra otros de su misma raza y lengua (1495), la paz y el equilibrio que se fomentó en 1454 se habían convertido en un mito, siempre a favor de intereses extraño.
De esta manera existiendo en la península por lo menos tres...
Regístrate para leer el documento completo.