El preso
Lunes como cualquier otro, hora del desayuno y periódico en mano, me deleitaba con el trabajo de mis colegas. Una pequeña noticia llamo extrañamente mi atención
“Un preso, que mató a su mujer accidentalmente, comienza a leer y escribir gracias a un maestro que voluntariamente se ofrece a dar clases en la cárcel”
Juan Valdivia.
Mis ojos se abrieron cual grandes eran, nopude creer que la nota fuese tan diminuta, en otras circunstancias jamás me atrevería a criticar el trabajo de otro reportero, pero eso era verdaderamente el colmo. Quizás la noticia no era del tipo que suelen ocupar una primera página (no por banalidad ni mucho menos), pero con un reportero bien enfocado, esa historia tendría otro sitio y no yacería tan subestimada.
Tratando de continuar conmi desayuno, hice caso omiso del periódico y cogí mi taza de café, le di un sorbo. En cuanto mis manos se encontraron desocupadas, mecánicamente tomé el periódico y no pude evitar interesarme en la historia del preso.
Me pregunte como accidentalmente, había matado a su esposa y quien era el maestro que servicialmente les brindaba ayuda a los presos.
Decenos de especulaciones toman forma enmi cerebro. Es difícil que un profesor dedique su tiempo caritativamente, su salario es demasiado reducido como para darse semejante lujo.
Nuevamente leí la noticia, tomé mi agenda y pasé mis dedos por los apellidos con V. hasta encontrar el número de mi interés. Tomé mi celular y marqué.
- Bueno….
- Hola Juan, soy Lucy. Oye, acabo de leer una noticia que al parecer es tuya.
- ¿Mía?- Así es, es sobre un preso que……
- Ah….. ya lo recuerdo, ¿Qué hay con ello?
- Me preguntaba si me podrías dar la información sobre el maestro – un corto silencio se genera, las preguntas se aglomeran, dispuestas a salir de golpe- También me pregunto por que es que solo hablas de un preso, cuando en la nota comentas que el profesor “ofrece clases en la cárcel” eso me hace pensar quees para todos los presos en general. ¿Por qué entonces, hablas de uno específicamente?
- Es el único que me parece digno de mención, es un joven sorprendente ha pesar de ser paralítico es un ejemplo de vida.
Sus palabras me sorprenden, en la vida había escuchado hablar de un paralítico que estuviese en la cárcel. Juan al notar ni confusión me explica.
- Veras, ya sé que suena raro, yotampoco había escuchado de presos paralíticos, pero créeme, eso no es lo que más te puede llegar a sorprender de ese joven. – Un largo suspiro se apodera de la línea, me da la impresión de que por primera vez a mi compañero le ha conmovido una historia.
Espero con en móvil en mano a que me cuente lo que presiento, es una buena historia; sin embargo al suspiro le sigue un silencio que me hacepercatar de que no tiene palabras para contarme lo que tanto anhelo. Fue por ello que la noticia había sido tan corta.
Una historia capaz de desarmar a un reportero, en lo que es por cierto es su punto fuerte (la comunicación), era con creces historia que debía escuchar y conocer yo misma.
Comprendiendo que su silencio era entendido y que ya no eran necesaria explicación alguna, se despidió demí, no sin antes facilitarme todos los datos que necesitaba para dar seguimiento a la noticia.
La curiosidad, acompañada por la desesperación carcomían mí alma.
Era necesario que esperase hasta las 2:00 p.m. para ir a la cárcel, pues según la información proporcionada por Juan, era la hora en que el maestro asistía para dar sus acostumbradas clases.
Después de una tremenda agonía elreloj marcó la 1:00, hora de salir de casa y dirigirme al encuentro de el joven con la historia que tanto me intrigaba.
A pesar de haber visitado muchas prisiones y haber entrevistado a varios de los presos, la cárcel a la que llegue me resulto muy diferente de las demás, había algo en ella que le proporcionaba una melancolía extrema.
Mis pasos eran recelosos y lentos, me sentía caminando así...
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