el principe

DEDICATORIA AL MAGNIFICO LORENZO, HIJO DE PEDRO DE MEDICIS.

1. Si para conocer la naturaleza de los pueblos es preciso ser príncipe, para conocer de los principados, conviene estar entre el pueblo. ( Pág. 9)

CAPITULO II, DE LOS PRINCIPES HEREDITARIOS.

2. En los Estados hereditarios, que están acostumbrados a ver reinar la familia de su príncipe, hay menos dificultad de conservarlosque cuando son nuevos. El príncipe entonces no necesita mas que no traspasar el orden seguido por sus mayores, después de lo cual le basta usar de la mas corrida industria, para conservarse siempre a menos que surja una fuerza extraordinaria y llevada al exceso, que venga a privarle del Estado.(Pag.11)

3. El príncipe por no tener causas ni necesidades de ofender a sus gobernados, es amadonatural y razonablemente por estos, a menos de poseer vicios irritantes que le tornen aborrecible. (Pag. 11)

CAPITULO III, DE LOS PRINCIPADOS MIXTOS

4. Por muy fuertes que sean los ejércitos del príncipe, este necesita siempre el favor de una parte, a lo menos, de los habitantes de la provincia para entrar en ella.(Pag.13)

5. Aunque existen algunas diferencias de lenguaje, las costumbres seasemejan y esas diversas provincias viven en buena armonía. Cuanto al que hace tales adquisiciones, si ha de conservarlas, necesita dos cosas: la primera, que se extinga el linaje del príncipe que poseía dichos Estados, y la segunda, que el príncipe nuevo no altere sus leyes ni aumente los impuestos. (Pag14)

6. Cuando se adquieren Estados que se diferencian del propio en lengua, costumbres yconstitución, las dificultades se acumulan, y es menester mucha sagacidad y particular favor del cielo para conservarlos. Uno de los mejores y más eficaces medios a este propósito será que el príncipe vaya a residir en ellos.(Pag.15)


7. Además dada su permanencia, no es despojada la providencia por la codicia de sus empleados, y los súbditos se alegran mas de recurrir a un príncipe que está allado suyo que no a uno que esta distante, por que encuentran más ocasiones de tomarle amor, si quieren ser buenos y temor, si quieren ser malos. (Pag.15)

8. El príncipe que adquiere una provincia cuyo idioma y cuyas costumbres no son las de su Estado principal debe hacerse allí también jefe y el protector de los príncipes vecinos que sean menos poderosos, e ingeniarse para debilitar a los de mayorpoderío.(Pag.16)


9. La única precaución que ha de tomar es la de impedir que adquieran fuerza y autoridad en demasía. El príncipe nuevo, con el favor de ellos y con ayuda de sus armas, podrá abatir fácilmente a los que son poderosos, a fin de continuar siendo en todo el árbitro.(Pag.17)

CAPITULO V, COMO DEBEN GOBERNARSE LAS CIUDADES O PRINCIPADOS QUE ANTES DE SU CONQUISTA POR UN UEVOPRINCIPE, SE GOBERNABAN CON LEYES PROPIAS.

10. Cuando se desea conservar aquellos Estados acostumbrados a vivir con sus leyes y en libertad, es preciso abrazar una de estas tres resoluciones: primero, arruinarlos, segundo vivir en ellos, y finalmente, dejar sus leyes a estos pueblos, obligándolos a pagarte contribución anual, y creando en su país un tribunal de un corto numero que cuide deconservártelos fieles.(Pag.28)

11. El que se hace señor de una ciudad acostumbrada a vivir libre, y no descompone su régimen, debe contar con ser derrocado el mismo por ella.(Pag.29)


12. El hombre prudente debe elegir únicamente los caminos trillados por algunos varones insignes, e imitar a los de ellos que sobrepujaron a los demás, a fin de que si no consigue igualarlos, tengan sus acciones a lomenos alguna semejanza con las suyas. (Pag.31)

13. Los principados que son nuevos por completo, y cuyo príncipe por consiguiente, es nuevo hay más o menos dificultad en conservarlos, según que el que los adquirió sea más o menos valeroso. (Pag.31)


14. Si para dirigir su operación, tienen necesidad de rogar, o si pueden precisar en el primer caso, no salen acertadamente nunca ni conducen...