El Principio de la Sabiduría, es el Temor a Jehová

EL PRINCIPIO DE LA SABIDURÍA ES EL TEMOR A JEHOVÁ.

“¿A mí no me temeréis? dice Jehová. ¿No os amedrentaréis ante mí, que puse arena por término al mar, por ordenación eterna la cual no quebrantará? Se levantarán tempestades, más no prevalecerán; bramarán sus ondas, más no lo pasarán. No obstante, este pueblo tiene corazón falso y rebelde; se apartaron y se fueron. Y no dijeron en su corazón:Temamos ahora a Jehová Dios nuestro, que da lluvia temprana y tardía en su tiempo, y nos guarda los tiempos establecidos de la siega.”
Cierto día, se nos presentó la oportunidad de conversar con un artista, y tratar con él, temas que tienen que ver con la fe cristiana. Al principio nos pareció una persona agradable y hasta cierto punto receptivo.
En esta conversación, el punto principal fue lafe, y algunas de mis experiencias en el Señor. Todo iba bien, él me escuchaba atentamente y parecía creer en mis palabras, hasta que de pronto su semblante cambió, la supuesta dulzura que hasta el momento había mostrado desapareció, y comenzó a expresarme cual era su opinión sobre el tema, y cual eran sus verdaderas creencias.
Una de las cosas que he aprendido en el evangelio, es a escuchar, perosobre todo he aprendido a no contender sobre cuestiones de ninguna índole y más aún, cuando se vislumbra que no se va a llegar a ningún tipo de acuerdo.
Este amigo, si se puede llamar amigo, no lo digo despectivamente, sino en el sentido de que apenas nos estamos conociendo, ha profundizado sobre teología, y sobre otras cuestiones que tienen que ver con la iglesia, cuestiones históricas,proféticas, administrativas, y de toda índole.
Pero que sucede? El haberse colocado en ese nivel de conocimiento le ha hecho olvidarse de cosas simples y sencillas, y hemos tenido que recurrir a esta carta, a fin de hacerle conocer nuestro parecer en ese sentido.
Debo aclarar que él, fue el más interesado en que esta carta se escribiera, y hasta tuvo la gentileza de regalarme un lapicero, a fin de que misideas fueran plasmadas en un papel sin omitir algún detalle.
A través de esta carta, pienso responder punto por punto, todas las inquietudes que en aquella conversación salieron a relucir, cuestiones que parecen complicadas, a los ojos del hombre, pero que a los ojos de Dios, son bien sencillas.
No es que pretendemos saberlo todo, pero poniendo nuestra mente en sintonía con la mente de Dios,estamos en condición de conocer verdades que solo son reveladas a aquellos que han sido escogidos con un propósito especial de parte de Dios.
Mi amigo entiende que existe un sinnúmero de personas que solo buscan enriquecerse a través de la fe, manipulando a los demás, y que posiblemente yo era uno de ellos.
En el primer punto tiene razón, en este tiempo la predicación de la palabra se haconvertido en un negocio para muchos, llegando a ser esta actividad el modus vivendi de gente que entiende que puede lucrarse tomando la casa de Dios como mercado para hacer sus negocios.
Pero surge una interrogante, ¿Todos estamos en lo mismo, o existen hombres que aún no han cedido ante la tentación del enriquecimiento y se conservan puros y limpios para su Dios? La respuesta es sí, porque no todossomos lobos rapaces vestidos de ovejas. En el pueblo de Dios, han existido siempre, existen y existirán hombres impulsados por el Espíritu Santo, y se entregarán a la causa del evangelio aún a costa de perder sus propias vidas.
En Daniel 3 leemos sobre Sadrac, Mesac y Abed-nego. Estos hombres, junto con Daniel, habían sido puestos en posiciones de autoridad en la provincia de Babilonia (Daniel 2,49). Eran judíos devotos, a quienes “Dios les dio conocimiento e inteligencia en todas las letras y ciencias” (Daniel 1, 17). Estos hombres de la antigüedad, estuvieron dispuestos a entregar su vida, para no ceder a las pretensiones malsanas de los gobernantes, y sabemos que fueron librados por el Señor.
Que decir además de hombres como Job, que estaba dispuesto a morir y guardar su...